Están
consiguiendo hacer casi irrespirable el ambiente, han salido en tropel aullando,
insultando y ofendiendo porque ven peligrar el machito que consagra la ley AIDO
y no tienen mejores argumentos.
La
estrategia es armar tal ruido que consiga hacer tambalear la decisión
(cumplimiento electoral) de modificación del gobierno; y conseguir que temeroso
de que se abra un nuevo frente de conflicto, se guarde sus intenciones de
modificar la ley para un “sine die”.
Los
que estamos a favor de la vida y que también tratamos de presionar al gobierno
para que de una vez por todas derogue tan injusta ley, tratamos de hacerlo con
razones y nuestra exigencia es tan solo “cobrar”
el precio de nuestro voto.
Oyendo
la que se ha montado podríamos aplicarnos aquello de “ladran, luego cabalgamos”
y pensar que no vamos por mal camino si tanto ruido produce, pero es que lo
que se dice “ladrar no ladran”.... más parece que desbarran y nos insultan directamente
o a nuestra inteligencia.
Y
en este sentido quiero traeros hoy el editorial de Fórum Libertas del pasado
día 8 en relación a un infumable artículo del País. Hago mío de la “A” a la “Z”
toda la argumentación de editorialista al que por supuesto felicito desde aquí.
ForumLibertas.com
08/05/2013 - Editorial
La nueva ley del
aborto: la mujer va a ganar
El
catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona Joan J. Queralt
publicaba en el diario El País un artículo, 'La mujer vuelve a perder', que
demuestra que el Derecho posee una capacidad interpretativa tal que puede
permitirse el lujo de funcionar al margen de la realidad que dice considerar.
El doctor Queralt lo acredita en este artículo y demuestra una vez más que la
ideología es mucho más poderosa que cualquier conocimiento. La forma que tiene
de abordar el tema es propicia para razonar una vez más sobre la nueva ley del
aborto.
Se
mantiene la tesis por parte de los abortistas de que este acto constituye una
ventaja para la mujer. De hecho, esta argumentación se ha llevado tan lejos que
en la práctica comporta que el aborto sea considerado como una terapia y es
creadora de una enfermedad por el solo hecho de producirse el embarazo. Ésta es
la tesis que permitió la absolución de Morín, que utilizan las clínicas
abortistas y que está implícita en lo que dice el propio Queralt: el embarazo es tratado como una enfermedad
de transmisión sexual que requiere adoptar toda una serie de tremendas
precauciones y que si estas fallan debe ser curada. Es evidente que esto es
en términos de cultura y de naturaleza una brutalidad. De cultura porque
significa un menosprecio brutal a la vida humana; de naturaleza porque
significa violentar un proceso natural por la fuerza que además impide la
autonomía y la realización personal. Es una contradicción inasimilable que
nuestra sociedad, que defiende a capa y espada estas dos características, la de
la autonomía y la de la realización personal, sea incapaz de reconocerla en el
no nacido que se hará persona en la medida que se le permita seguir su cauce,
su dinámica natural. Su naturaleza es la de ser persona.
El doctor Queralt afirma que la
reforma del aborto, la de Gallardón, pretende que el feto es una persona, pero
dice que para ello se requiere nacer, y claro, como no nace porque se lo
impiden, pues entonces no es persona.
Es una práctica sofista de vuelo gallináceo, es como si dijéramos que para ser
rico es necesario tener dinero y, como no es bueno que sea rico, actuemos con
violencia para impedírselo: robémosle su dinero. Es lo mismo que se hace con el
no nacido: se le roba el acto de nacer y de esta manera se puede predicar que
no es persona. Pero incluso así el argumento no tiene ningún sustento. Persona
no deja de ser un concepto filosófico y por lo tanto muy interpretable. Pero lo
que es incuestionable es que el no nacido es un ser humano, este es el punto
central. Y la cuestión es qué consideración le merece el ser humano a Queralt y
a los que defienden como él el aborto a ultranza. No puede discutirse que lo es
porque ésta es su naturaleza, este es su ADN con independencia de cómo se
personalice con el paso del tiempo.
Argumenta
que la sentencia 53/1985 del Tribunal Constitucional eliminó la idea de persona
y dijo que era un "interés a proteger". En realidad lo que dijo es que era un bien jurídico a proteger que
entraba en colisión con los derechos de la madre. Y ésta es la cuestión que
debe ser resuelta. El argumento de Queralt, recogiendo la frase del
Tribunal Constitucional de que no se puede proteger incondicionalmente la vida
del no nacido porque se penalizaría la vida de la mujer, tiene un implícito que
estos defensores tienen la desfachatez de ignorar cuando es bien evidente. Se
trata de la colisión con el derecho a la vida fundamentalmente. Es decir, para
el Tribunal Constitucional en su momento la protección del no nacido no podía
ser de tal naturaleza que si a la vez existía un riesgo para la vida de la
madre el derecho a su vida fuera olvidado. Pero la práctica del aborto no ha
ido por ahí ni mucho menos. Los casos donde se da este riesgo real son mínimos,
pueden ser unos pocos centenares y hay que recordar que estamos en mucho más de
cien mil abortos. Por lo tanto,
siguiendo al pie de la letra lo que dice el Tribunal, debe protegerse al no
nacido excepto en aquellas circunstancias en que la vida de la madre corra un
riesgo grave, pero no indeterminado sino de morir o quedar postrada gravemente
para el resto de su vida. Es sobre este aspecto y solo sobre este que debe
plantearse el debate si se parte del principio de la colisión de intereses.
Insistamos una vez más, y esto Queralt no se atreve a decirlo, que la
legislación española en ningún caso contempla el derecho de la madre a disponer
libremente de su cuerpo, lo cual es coherente con toda la legislación en este
ámbito, de la misma manera que no se reconoce el derecho al suicidio o a
comercializar partes del propio cuerpo que están unidas de una manera clara e
inextricable, cosa que no sucede con el feto, poseedor de un ADN propio.
También rechaza Queralt que se pueda
prohibir el aborto por razones eugenésicas. No hay que extrañarse, la eugenesia
hace tiempo que vuelve a ser una ideología en alza. El desprestigio que se
produjo después de la derrota nazi poco a poco ha ido diluyéndose y hoy es
defendida sin ningún tipo de rubor.
Los imperfectos, según determinados cánones, no tienen derecho a la vida. Es
evidentemente una brutalidad. Argumenta Queralt que la convención sobre los
derechos de las personas con discapacidades no exige que se prohíba el aborto
por causas eugenésicas y una vez más recurre al argumento de que los fetos no
son personas. Nosotros subrayamos otra vez que son seres humanos, y la pregunta
que hemos hecho más arriba sigue en pie: ¿qué derechos tiene el ser humano con
independencia de cuál sea su condición? Pero es que además nadie puede negar,
doctor Queralt incluido, que el hecho de que porque unas determinadas variaciones
biológicas, físicas, una determinada dependencia, se pueda impedir el nacer
sitúa en una posición anómala a los que ya han nacido con aquellas mismas
condiciones. ¿Cómo puede ver el mundo a una persona con síndrome de Down si
sabe que todos sus congéneres no nacidos no son tratados de la misma manera que
los otros precisamente por la característica genética que poseen?, ¿cómo
podemos combinar el respeto y el aprecio hacia las personas discapacitadas si a
la vez decimos que por el hecho de serlo no tienen razón de realizarse y de
nacer?
Además,
en este caso el doctor Queralt, algo impropio de todo un catedrático de Derecho
Penal, se olvida de lo que dice el Tribunal Constitucional sobre este punto.
Cuando admitió bajo determinados límites y matices el aborto por
malformaciones, advirtió que ésta no era una cuestión estática sino que estaba
estrictamente relacionada con el no depositar en las familias una sobrecarga
excesiva que implicaba el mantenimiento de estas personas y que el Tribunal
confiaba en que el desarrollo del estado del bienestar permitiría que se
redujera de una forma extraordinaria este tipo de aborto. Desde 1985 ha llovido
mucho, el estado del bienestar entonces era casi inexistente, pero hoy existen
muchos más medios. Lo que sería lógico
reclamar si no tuvieran esta ideología de la muerte es medios para ayudar a las
familias con hijos dependientes. Este sería otro buen debate y no el de
presentar la muerte como la solución para la vida humana. En cualquier
caso, lo que sí queda claro es que hoy se puede ser mucho más restrictivo desde
el punto de vista del legislador en cuanto al aborto eugenésico, más cuando
vienen cometiéndose brutalidades sin fin en este terreno. Lo lógico, por
razones humanas, es la prohibición total excepto en casos límites como puede
ser el nacimiento sin cerebro. Pero incluso en estos casos la vida merece una
consideración que hoy por hoy hemos olvidado. Una sociedad cuyos doctores en
Derecho proclaman la muerte de los más débiles como solución, y el no nacido es
el más débil de nuestra sociedad, es como mínimo peligrosa.
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Para apoyar a la defensa de embrión en el ámbito europeo:
2 comentarios:
Lo que garantiza la ley del aborto de Zapatero, todavía vigente, es que las futuras generaciones de españoles podrán disfrutar de la felicidad de saber que vinieron al mundo en el vientre de una madre feliz y orgullosa por traerlos. Algo de lo que, sospecho, muchos de los que pretenden cambiarla no deben estar tan seguros...
Siempre desenfocando a conveniencia el problema.
¿Qué piensas de las mamás que gestaron los más de 300 abortos diarios?
Sus hijos jamás podrán opinar de ellas.
Pero tu ¿la ves feliz y orgullosa de haberlo perdido?
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