Estamos, ahora, pasando
tiempos difíciles tras el portazo que se ha dado a “los principios” que muchos creíamos
que estaban en la sensibilidad del Partido Popular.
El cabreo y la rabia por la
impotencia de no poder retirar, también de un plumazo, nuestro apoyo dado, aguza
el ingenio para encontrar puertas en las que descargar el “pataleo”.