¡SÍ A LA VIDA!
Por supuesto, sí a la vida, digámoslo con voz muy alta, porque el aborto es y siempre será un terrible crimen que envilece y degenera a toda la raza humana.
Los sonidos de la vida, que hermosean como el agua, son la mejor melodía para enternecer el alma; por tanto, sí a la familia, que es donde deben crecer los regalos de la vida, como el sol cada mañana nos trae en un nuevo amanecer toda la verdad del nuevo día.
El aborto es inhumano, una brutal canallada donde la vil cobardía se emponzoña con la infamia.
Es el peor de los crímenes, al matar a un inocente que ni siquiera protesta y menos aún puede defenderse.
Es un crimen , repugnante e indecente y hay que decirlo muy claro con voz rotunda y valiente.
El aborto, es un crimen y no es por tanto tan intrascendente como cualquier operación de estética; no, el aborto es eliminar una vida latente porque en el feto ya late con una vida independiente a la de la madre que lo lleva en su seno.
Esa criatura es sagrada en el vientre de la madre y su vida es solo suya sin pertenecer a nadie porque la vida es un don prodigioso e intocable.
El nacer de las personas es un derecho imposible de vetar y el aborto es un acto que elimina esa vida. Es algo siniestro que debemos denunciar porque en asuntos de vida, la vida es la gran verdad.
Por lo tanto, ¡SÍ A LA VIDA! Que es la gran razón de todo y un no rotundo al aborto por perverso y homicida. Seamos valientes y proclamemos la cultura de la vida sin miedo.