Como si de un Guadiana se
tratase, las ideas acerca de si es digno, o no, “dejar de ser (morir)” vuelven
a los periódicos y a nuestras vidas, una y otra vez, con renovadas fuerzas.
Parece que ahora sí que lo van a
tener fácil. Al menos es lo que está en todos los mentide-ros políticos. Es
pues, momento para posicionarse frente a lo que algunos entendemos como tremenda
aberración, como inhumana perversión de conceptos como “derecho” y “compasión”.
No debiera entenderse
como “derecho” el deseo a de “dejar de ser (existir)”. La esencia de todo derecho
reclamable, debiera de ser el beneficio reportado al
“sujeto” de tal derecho que en cada caso se reconozca, ¿cómo “se disfruta” un beneficio tras dejar de
ser? ¿Puede alguien “ser digno”
después de dejar de ser?
Todo el mundo entiende que nadie
debería morir en medio de espantosos sufrimientos, miedos y desesperanzas.
Sintiéndose a la vez “desvalido” y “carga” para sus seres queridos.
¡Por supuesto!
…pero, es meridianamente claro,
que adelantarle la muerte no le suprime ni dolores, ni miedos, ni le mejora un
ápice su desesperanza… solo le cambia “todo
eso” por un dejar de ser…, solo “lo mata”.
Una cosa más…, se consigue, desde
luego, que deja de ser “carga” para los
que le rodean, sus seres queridos, y, por supuesto, para un
“Estado” que dejará de
aportar recursos para cuidarlo como debiera “ser debido”.
¡Muy fuerte!… ¿no?
Un planteamiento moderno de ayuda
real, al tránsito
de la vida a la muerte dignamente, debiera centrarse en legislar
y apostar por los cuidados paliativos.
Conseguir que sea un Derecho
Humano “la disponibilidad
de derechos paliativos para la universalidad de los pacientes”, nos haría
más humanos, y nuestros enfermos, aquellos a los que la medicina ya no puede
curar, mantendrían una dignidad intacta y reconocida hasta su hora final
natural. El lector puede ampliar esta idea, desde el estupendo artículo «Cuidados paliativos y derechos
humanos» de Josep Porta i Sales disponible en el
enlace https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-paliativa-337-articulo-cuidados-paliativos-derechos-humanos-S1134248X14000433
Normalmente, acostumbramos a
pensar en personas mayores cuando se habla de eutana-sia, se nos hace difícil
relacionarlo con personas jóvenes, e incluso con niños. Yo quiero, ahora,
recordar a Andrea, sobre la que ya escribí el
2015 en este blog *.
Andrea fue una niñita gallega, de
Santiago de Compostela, que en octubre de 2015 provocó un intenso revuelo en
los medios, donde se discutía sobre si dejarla sin nutrición (que recibía a
través de una sonda) y con mínima hidratación para que, sedada, muriese
finalmente. El asunto se trataba de una enfermedad degenerativa de nacimiento,
que tras 12 años había devenido en una hemorragia digestiva severa, que obligó
a su hospitalización el día 2 de octubre. Finalmente la niña fue “desconectada”
de su nutrición y murió el día 9 de ese mismo octubre, irónicamente… la víspera
del Día
Mundial contra la Pena de Muerte.
¿Es exageración confrontar los términos “eutanasia” y “pena de muerte”? …probablemente
sí, pero algunos de los argumentos
a favor de la abolición de la pena de muerte
deberían hacernos reflexionar
respecto a la ligereza con que se tratan ciertas
implicaciones éticas y morales de la muerte por eutanasia.
Así lo reflexionaba en el “post” que escribí el día de la muerte de
Andrea:
[…]
… con los
mismos argumentos utilizados para defender que: la pena de muerte es contraria a los
derechos humanos; puede
defenderse, también, que: las muertes por
aborto, eutanasia o por cualquier tipo de componenda pseudo-compasiva no
caben en una civilizada interpretación de los Derechos Humanos.
Como punto de
partida, utilizaré el argumentario que Amnistía Internacional publicó en el documento “LOS
DERECHOS HUMANOS FRENTE A LA
PENA DE MUERTE.
¿Por qué abolir la pena capital?”
Véanlo, si no…
Amnistía dice…
|
pero se podría, también, decir…
|
Ha llegado el
momento de abolir la pena de muerte en todo el mundo.
|
Es tiempo ya
de acabar con las muertes injustas, por aborto, por eutanasia, o por
eugenesia en todo el mundo.
|
La causa en pro
de la abolición se vuelve más apremiante cada año que pasa.
|
El imparable incremento del nº de
abortos y muertes por descarte, año tras año, hace apremiante la causa
pro-abolición.
|
En todas partes
la experiencia muestra que las ejecuciones embrutecen a quienes participan
en ellas.
|
En todas partes la experiencia muestra
que las muertes por aborto o por descarte embrutecen e insensibilizan a
quienes participan en ellas.
|
No hay ningún
lugar en el que se haya demostrado que la pena de muerte posea una eficacia
especial a la hora de reducir la delincuencia o la violencia política.
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No hay ningún lugar en el que se haya
demostrado que legislar a favor del aborto, la eutanasia o la eugenesia
posea una eficacia especial a la hora de reducir sus números, o alguno de los problemas que dicen intentar resolver.
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Su aplicación, en
país tras país, recae desproporcionadamente sobre los pobres o las minorías
raciales o étnicas.
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Su aplicación, en país tras país, recae
sobre los seres más indefensos
en quienes pueda pensarse. Afectando especialmente a los pobres
y desarraigados, o a las minorías raciales o étnicas.
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Con frecuencia se
utiliza como instrumento de represión política.
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Con frecuencia se utiliza como
instrumento de reivindicación ideológica y de represión (exclusión) de los
disidentes.
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Se impone y se
ejecuta de manera arbitraria.
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Se impone y se ejecuta de manera
arbitraria (amparada por ley), sin
necesidad de alegar razón alguna especialmente en los primeros
días de la vida.
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Es un castigo
irrevocable que, inevitablemente, puede dar lugar a la ejecución de personas
completamente inocentes.
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Es un acto irrevocable que, inevitablemente, da lugar a la
muerte de seres completamente inocentes.
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Además, la pena
capital viola los derechos humanos fundamentales.
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Además, la muerte provocada, aun sin razón de pena, viola derechos (a
la vida) humanos fundamentales.
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Tal cual,
es y parece, nuestra realidad a día de hoy. La cotidianeidad, el dejar estar
las cosas, el no buscarse problemas, la incongruencia de nuestras fuerzas políticas
mantienen una situación de absoluta esquizofrenia.
Mientras se hacen “votos” y actos para defender la abolición de la pena de
muerte, se legisla a favor disponer de
la vida de “otros” para salvaguardar nuestras “miserias y comodidades”
[…]
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