domingo, 27 de diciembre de 2020

Como cada año, "Recordamos a los Inocentes"


 Hace  miles de  INOCENTES murieron a manos de Herodes. Hoy, 2020 años después, se siguen matando INOCENTES a diario.

El dato de 99.149 abortos que se produjeron el año pasado en España es «muy relativo», porque «son muchos más los abortos que se cometen que los que se declaran», afirma la presidente de la Federación Española de Asociaciones Provida.  —   Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo 23 de Diciembre de 2020.

Nuestro recuerdo y oración por todos los INOCENTES, muertos por el Aborto, las guerras y demás barbaries que el ser humano es capaz de hacer.
A todos ellos hoy especialmente los tenemos presentes hoy en nuestro pensamiento y oraciones.
Que Dios los haya acogido en su regazo y gocen con Él de su corte de Ángeles.
Descansen es Paz.




jueves, 24 de diciembre de 2020

Bastante más cruel de lo que parece


 Pese a lo terrible de pensar en las casi 100 mil muertes por aborto que declara el Ministerio, escondidas en la euforia colectiva de un clásico día de la lotería de Navidad…. la realidad es bastante más cruel.

        En Alfa&Omega lo explican muy bien

Las cifras de abortos que da el Ministerio «no reflejan la realidad»

El dato de 99.149 abortos que se produjeron el año pasado en España es «muy relativo», porque «son muchos más los abortos que se cometen que los que se declaran», afirma la presidente de la Federación Española de Asociaciones Provida.  —   Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo 23 de Diciembre de 2020

 

Las estadísticas anuales de abortos en España que suele hacer públicas cada año por estas fechas el Ministerio de Sanidad indican que más de una de cada 100 mujeres en España abortó durante el año pasado en alguno de los 211 centros que se dedican a ello en España, el 85 % de ellos de capital privado.

El motivo aducido para cada aborto, en más del 90 % de los casos, es «por petición de la mujer», casi el 6% «por grave riesgo para la vida o salud de la madre», y casi el 3 % «por riesgo de graves anomalías en el feto».

Otros datos que saca a relucir el informe es que una de cada tres mujeres había abortado ya con anterioridad, el 33 % de ellas convive con su pareja y tiene más hijos a cargo, y el 64 % son españolas, mientras que el 20 % proceden de Hispanoamérica.

El Ministerio afirma asimismo que ha habido 341 abortos de menores de 15 años, y 10.038 de jóvenes entre 15 y 19 años.

En cuanto a su situación laboral, una de cada diez son estudiantes, el 20 % está en el paro, y más del 25 % vive con sus padres.

Todos estos datos suponen el mayor número de abortos de los últimos cinco años, pero para Alicia Latorre, presidente de la Federación Española Asociación Provida, las cifras que publica el Ministerio de Sanidad «no reflejan la realidad. Se producen muchos más».

Latorre señala que el número de abortos «está creciendo siempre», y que cuando ha bajado es «porque también lo ha hecho la inmigración». En realidad, en términos porcentuales sobre el número de mujeres en la población, «el número está siempre aumentando», sobre todo si se tiene en cuenta el aborto químico, «que es es muy difícil de contabilizar porque no se declara».

Además, el sistema de notificación de abortos que las clínicas hacen al Ministerio tiene sus grietas, «porque mucha gente va y paga directamente». Por eso, «son muchos más los abortos que se cometen que los que se declaran».

De todos modos, «aunque solo hubiera un caso, ya sería dramático», porque un aborto «es una pérdida irreparable, una muerte provocada y evitable. Es un drama para el hijo, para la madre, para el padre, para las personas que intervienen y para toda la sociedad», lamenta Alicia Latorre.

Para la presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Provida, el aborto «es la tragedia más terrible que hay en España en estos momentos», sobre todo porque es un fenómeno «que se quiere normalizar como algo bueno o simplemente con indiferencia. Es el desprecio más absoluto hacia la vida humana».

Al mismo tiempo, «es un abandono hacia las madres», ya que «la mayoría aborta por miedo, por presiones o porque se ven desbordadas en una situación complicada para ellas. Toman una decisión irreversible en un momento de gran confusión».

Según Latorre, «es importante que la gente conozca cómo es el procedimiento de un aborto, y sus consecuencias físicas, psicológicas, morales y demográficas. Hay una multitud de mujeres destrozadas por este duelo no reconocido. Dios quiera que esta sociedad despierte. Nunca perderemos la esperanza. Especialmente en este tiempo de Navidad queremos defender con más ardor que cada vida es única, irrepetible y valiosa, y celebramos cada nacimiento».

Una Adoración para frenar los abortos

El 28 de diciembre, la Iglesia conmemora la festividad litúrgica de los Santos Inocentes, motivo por el cual la madrileña colegiata de San Isidro (Toledo, 37) acogerá una Eucaristía para pedir por la vida, presidida por monseñor Santos Montoya, obispo auxiliar de Madrid, a las 20:00 horas, a la que seguirá una Adoración eucarística. Organizada por Adevida (Asociación en Defensa de la Vida Humana), con esta celebración se clausura la campaña que han venido realizando durante 40 días para pedir por la vida.

 

https://alfayomega.es/las-cifras-de-abortos-que-da-el-ministerio-no-reflejan-la-realidad/

 

lunes, 21 de diciembre de 2020

¡Feliz Navidad! ¡Viva la Vida!


  En Derecho a Vivir y en la Plataforma de Ayuda a la Mujer Embarazada de Jaén, este es nuestro único objetivo. 

Trabajar por por La Vida, Por La Mujer y por La Maternidad. Por todo esto, hemos trabajado durante todos estos años y por el mismo objetivo seguiremos trabajando muchos años más.
Todas las personas que formamos parte de Derecho a Vivir y la Plataforma, os deseamos una Nochebuena llena de Paz y una muy Feliz Navidad llena de Vida.






domingo, 20 de diciembre de 2020

Un duro golpe para los enfermos


Esta es la realidad de las leyes asesinas que tenemos en España hechas y aprobadas por un gobierno de canallas.

El Congreso aprueba por amplia mayoría la Ley de Eutanasia. España se pone a la cabeza en Eutanasia y a la cola en cuidados paliativos.

Médicos paliativistas consideran «temerario» que el Gobierno facilite «el derecho a morir» cuando seis de cada diez pacientes no tienen acceso a esta atención al final de la vida.

Ya permitieron "eliminar" a los inocentes mediante el Aborto, y ahora "se quieren quitar de en medio" a los que ya no producen, para que "no sufran" sin pedirles permiso para eliminarlos.

Confío en que los médicos sean fieles a su Juramento Hipocrático https://www.uv.es/~jaguilar/historias/jurhipo.html y se hagan todos objetores de conciencia.



miércoles, 16 de diciembre de 2020

¿Vidas inútiles?


 Hay infinidad de matices, miradas y puntos a tener en cuenta al hablar de la eutanasia. Aquí Pablo Martín Ibáñez aporta uno de los puntos sobre los que es necesario reflexionar. No se puede medir la vida por el criterio de utilidad /productividad / eficacia...

Esta semana, el Congreso de los Diputados discute sobre la nueva Ley de la Eutanasia y el Suicidio Asistido. Una ley que pretende nacer sin debate social y sin contar con una muy numerosa parte de la propia sociedad.

Al margen de los temas médicos, que no son mi especialidad –la oportunidad o no de la medida, el asunto de los cuidados paliativos (ausente, por cierto, en todo el proceso de debate), etc.–, y también dejando de lado el debate acerca del sentido del sufrimiento (que se enfoca de distintas maneras en función de las creencias de cada cual) a mí me surge alguna reflexión. Por supuesto, esto no agota el debate, pero es también parte de lo que está en juego al hablar de cuando una vida deja de tener motivos. Y es un asunto concreto que creo que hace falta tocar.

Ya vivimos en un mundo en el que cada vez más se nos exige ser no tanto ciudadanos, sino productores y consumidores. Que nuestra vida sea una constante sucesión de momentos productivos, ya sean de manera activa o de manera pasiva: si no estás trabajando, al menos que tu tiempo libre siga creando riqueza. «Date un atracón a estas series», «Compra este fin de semana todo lo que puedas», «Toma estos vales 2x1 en el último juguete de moda». Claro, ante esta mentalidad se entienden mucho más leyes como esta.

Cuando nos lobotomizamos con la productividad, hay un momento en que sentirse útil y rentable es el motor de la vida de muchas personas. Y resulta que no siempre lo podemos ser. Porque somos finitos (y no creo que eso cambie, la verdad). Cuando eso ocurre, la reflexión de «si no sirvo, para qué seguir» está más cerca.

Porque te han repetido ya muchas veces que no sirves, que eres una carga pesada, que todos estaríamos mejor si ya te quitaras de en medio.

Lo que más me duele del tema de la eutanasia es esa sensación de vacío existencial que me deja. Como de utilitarismo triste de nuestra vida. Solo servimos en la sociedad mientras no seamos cargas. Y eso no es justo.

No es justo porque cuidar de los débiles desde el principio hasta el final hace mejor a la sociedad. Porque el Bien, la Bondad y la Belleza no son útiles en el sentido productivo, pero sin ellas no hay comunidad que se aguante. Porque mientras haya otras salidas (y las hay), ofrecer la muerte es el atajo hacia la nada.

Y después de la nada no hay nada.

Alguien tendría que empezar a decir que hay algo. Que si estás enfermo, eres una oportunidad para que otros te cuiden. Que te lo mereces, porque tú ya cuidaste antes a otros. Que en tu dolor (que intentaremos paliar lo mejor posible) hay también algo de sagrado, porque nos ayudas a recordar que no somos de piedra. Y que cuando no puedas más y no haya más salida, te ayudaremos a que te vayas sin sufrir innecesariamente, pero cuando sea tu momento.

Que no eres inútil, que solo con vivir ya nos haces mejores a todos.

Pablo Martín Ibáñez

lunes, 14 de diciembre de 2020

A propósito de la próxima ley que legalizará la eutanasia en España


 Como si de un Guadiana se tratase, las ideas acerca de si es digno, o no, “dejar de ser (morir)” vuelven a los periódicos y a nuestras vidas, una y otra vez, con renovadas fuerzas.

Parece que ahora sí que lo van a tener fácil. Al menos es lo que está en todos los mentide-ros políticos. Es pues, momento para posicionarse frente a lo que algunos entendemos como tremenda aberración, como inhumana perversión de conceptos como “derecho” y “compasión”.

No debiera entenderse como “derecho” el deseo a de “dejar de ser (existir)”. La esencia de todo derecho reclamable, debiera de ser el beneficio reportado al “sujeto” de tal derecho que en cada caso se reconozca, ¿cómo “se disfruta” un beneficio tras dejar de ser? ¿Puede alguien “ser digno” después de dejar de ser?

Todo el mundo entiende que nadie debería morir en medio de espantosos sufrimientos, miedos y desesperanzas. Sintiéndose a la vez “desvalido” y “carga” para sus seres queridos.

¡Por supuesto!

…pero, es meridianamente claro, que adelantarle la muerte no le suprime ni dolores, ni miedos, ni le mejora un ápice su desesperanza…  solo le cambia “todo eso” por un dejar de ser…,  solo “lo mata”.

Una cosa más…, se consigue, desde luego, que deja de ser “carga” para los que le rodean, sus seres queridos, y, por supuesto, para  un “Estado” que dejará de aportar recursos para cuidarlo como debiera “ser debido”.

¡Muy fuerte!… ¿no?

Un planteamiento moderno de ayuda real, al tránsito de la vida a la muerte dignamente, debiera centrarse en legislar y apostar por los cuidados paliativos.

Conseguir que sea un Derecho Humanola disponibilidad de derechos paliativos para la universalidad de los pacientes”, nos haría más humanos, y nuestros enfermos, aquellos a los que la medicina ya no puede curar, mantendrían una dignidad intacta y reconocida hasta su hora final natural. El lector puede ampliar esta idea, desde el estupendo artículo «Cuidados paliativos y derechos humanos»  de Josep Porta i Sales disponible en el enlace https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-paliativa-337-articulo-cuidados-paliativos-derechos-humanos-S1134248X14000433

Normalmente, acostumbramos a pensar en personas mayores cuando se habla de eutana-sia, se nos hace difícil relacionarlo con personas jóvenes, e incluso con niños. Yo quiero, ahora, recordar a Andrea, sobre la que ya escribí el 2015 en este blog  *.

Andrea fue una niñita gallega, de Santiago de Compostela, que en octubre de 2015 provocó un intenso revuelo en los medios, donde se discutía sobre si dejarla sin nutrición (que recibía a través de una sonda) y con mínima hidratación para que, sedada, muriese finalmente. El asunto se trataba de una enfermedad degenerativa de nacimiento, que tras 12 años había devenido en una hemorragia digestiva severa, que obligó a su hospitalización el día 2 de octubre. Finalmente la niña fue “desconectada” de su nutrición y murió el día 9 de ese mismo octubre, irónicamente… la víspera del Día Mundial contra la Pena de Muerte.

¿Es exageración confrontar los términos “eutanasia” y “pena de muerte”? …probablemente sí, pero algunos de los argumentos a favor de la abolición de la pena de muerte deberían hacernos reflexionar respecto a la ligereza con que se tratan ciertas implicaciones éticas y morales de la muerte por eutanasia.

Así lo reflexionaba en el “post” que escribí el día de la muerte de Andrea:

[…]

… con los mismos argumentos utilizados para defender que:  la pena de muerte es contraria a los derechos humanos;  puede defenderse, también, que:  las muertes por aborto, eutanasia o por cualquier tipo de componenda pseudo-compasiva no caben en una civilizada interpretación de los Derechos Humanos.

Como punto de partida, utilizaré el argumentario que Amnistía Internacional   publicó en el documento “LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE A LA PENA DE MUERTE. ¿Por qué abolir la pena capital?

Véanlo, si no…

 

Amnistía dice…

pero se podría, también,  decir…

Ha llegado el momento de abolir la pena de muerte en todo el mundo.

Es tiempo ya de acabar con las muertes injustas, por aborto, por eutanasia, o por eugenesia en todo el mundo.

La causa en pro de la abolición se vuelve más apremiante cada año que pasa.

El imparable incremento del nº de abortos y muertes por descarte, año tras año, hace apremiante la causa pro-abolición.

En todas partes la experiencia muestra que las ejecuciones embrutecen a quienes participan en ellas.

En todas partes la experiencia muestra que las muertes por aborto o por descarte embrutecen e insensibilizan a quienes participan en ellas.

No hay ningún lugar en el que se haya demostrado que la pena de muerte posea una eficacia especial a la hora de reducir la delincuencia o la violencia política.

No hay ningún lugar en el que se haya demostrado que legislar a favor del aborto, la eutanasia o la eugenesia posea una eficacia especial a la hora de reducir sus números, o alguno de los problemas que dicen intentar resolver.

Su aplicación, en país tras país, recae desproporcionadamente sobre los pobres o las minorías raciales o étnicas.

Su aplicación, en país tras país, recae sobre los seres más indefensos en quienes pueda pensarse. Afectando especialmente a los pobres y desarraigados, o a las minorías raciales o étnicas.

Con frecuencia se utiliza como instrumento de represión política.

Con frecuencia se utiliza como instrumento de reivindicación ideológica y de represión (exclusión) de los disidentes.

Se impone y se ejecuta de manera arbitraria.

Se impone y se ejecuta de manera arbitraria (amparada por ley), sin necesidad de alegar razón alguna especialmente en los primeros días de la vida.

Es un castigo irrevocable que, inevitablemente, puede dar lugar a la ejecución de personas completamente inocentes.

Es un acto irrevocable que, inevitablemente, da lugar a la muerte de seres completamente inocentes.

Además, la pena capital viola los derechos humanos fundamentales.

Además, la muerte provocada, aun sin razón de pena, viola derechos (a la vida) humanos fundamentales.

 

            Tal cual, es y parece, nuestra realidad a día de hoy. La cotidianeidad, el dejar estar las cosas, el no buscarse problemas, la incongruencia de nuestras fuerzas políticas mantienen una situación de absoluta esquizofrenia.

            Mientras se hacen “votos” y actos para defender la abolición de la pena de muerte, se legisla a favor  disponer de la vida de “otros” para salvaguardar nuestras “miserias y comodidades”

[…]