En esta foto que encabeza el post, pongo algunas de las clínicas abortistas de Madrid, y las cifras de ganancias que obtienen, engañando a las madres y matando a los hijos. Juzgas por vosotros mismos.
Noticia de última hora, publicada por La Gaceta:
La clínica Dator no respeta el plazo máximo de 22 semanas para abortar
Testimonio de una embarazada a la que mintieron sobre la edad de gestación, la salud del feto y la suya. El centro transgrede sistemáticamente la Ley del Aborto.
Teresa (nombre ficticio) es una mujer de 21 años, que va a tener su quinto hijo. Acaba de denunciar a la clínica Dator porque le mintieron sobre la edad y salud de su feto, y sobre su mismo estado de salud.
Tampoco respetaron el plazo de tres días de reflexión que la nueva Ley del Aborto exige. En la Consejería de Sanidad madrileña le propusieron abortar en Dator, incluso sabiendo que hubiera sido un aborto ilegal (de más de 22 semanas de gestación).
Todo comenzó el pasado 6 de diciembre, cuando Teresa fue a Dator y le dijeron“que estaba de ocho semanas y que tenía la bolsa rota, que no estaba bien el bebé.
Yo no me lo creía mucho, me fui para casa y estuve analizando la situación, porque es imposible que tengas una bolsa rota y que no tengas ningún síntoma”.
14 semanas
Teresa fue al ginecólogo en el hospital La Paz, donde le dijeron “que estaba de 14 semanas en vez de ocho y que el bebé estaba bien, que no había ningún problema":
“Ahí empecé a sospechar que no estaban haciendo las cosas legales” en Dator. Con todo, volvió a pedir cita para abortar “porque me sentía agobiada, insegura y sentía que no podía salir adelante por las cosas que me decían ellos. Me decían que no era una madre responsable, porque tenía ya muchos niños con la edad que tenía”.
De nuevo en la clínica abortista, el 9 de diciembre, “me dijeron que el bebé estaba mal, y me seguían diciendo que estaba de ocho semanas. Entonces supe que me estaban engañando y cuando me fueron a poner la anestesia me levanté y me fui”.
Salud psiquiátrica
Teresa no salió inmediatamente de Dator, ya que “me vieron que estaba llorando, que estaba mal, y me metieron en una sala, aparte de todas las madres, para que no me vieran.
Les dije yo que por qué me estaban engañando, que estaba de más tiempo. En la sala, empezó a hablarme una señora, alta, morena y con el pelo largo. Me decía que no era responsable, que no lo tuviera, que era un cargo para mí otro niño, que me lo pensara. Me estaba intentando convencer para que abortara”.
El psiquiatra de Dator redactó un informe según el cual Teresa tenía que abortar porque “si tenía el niño iba a sufrir un trastorno, que el embarazo era algo malo para mí, como que yo no aceptaba el bebé”.
La joven no puede reprimirse al recordar que le pintaban el embarazo como un trauma porque tiene cuatro hijos: “¡Si yo los quiero mucho!”
Teresa decidió marcharse de la clínica abortista.
Antes, pudo comprobar que no era la única a la que mentían.
Preguntó a varias chicas “de cuánto tiempo estaban y todas estaban entre las seis y ocho semanas ¡No había de más! Una chica africana que tenía mucho más tripa que yo, decía que estaba de ocho semanas”.
En la Comunidad
Aunque ya no quería abortar, Teresa acudió a la Consejería de Sanidad madrileña, para saber si tramitarían un aborto en un caso como el suyo, a pesar de que, según un papel del hospital, su edad de gestación era 22 semanas y cuatro días hasta el 18 de enero.
La funcionaria que le atendió el día 19 llamó a Dator: “¿Lo podéis hacer?”.
Desde Dator contestaron afirmativamente, a sabiendas de que pasaba de las 22 semanas, máximo legal en casos de malformaciones o peligro para la vida (no documentados en este caso).
Le daban cita para el día siguiente, sin respetar el plazo de tres días de reflexión exigido por la Ley del Aborto.
Pero Teresa no quería ir. En lugar de abortar, ha puesto una denuncia por estas irregularidades.
Santiago Mata. Madrid
¡Bravo por Teresa, y ójala hubiera muchas TERESAS, que denuncien actitudes ASESINAS, como en la Clínica Dator de Madrid, y estoy segura que en todas las clínicas abortistas de España, se están produciendo ¡Todo por unos miles de Euros!