domingo, 24 de marzo de 2013

Investigación con embriones II - Riesgos morales de la investigación con células madre embrionarias


          Los riesgos morales de la investigación en células madre embrionarias son numerosos y no es posible predecirlos con cierta precisión, pues todavía no conocemos qué usos predominarán en la manipulación de células estaminales, pero más allá de las posibilidades que se presenten en el futuro, por lo menos detectamos hoy tres problemas morales importantes:
No reconocer al embrión como ser humano y negarle el derecho a la vida
          Un buen número de científicos justifica la producción y destrucción de embriones humanos para obtención de células estaminales. Con una clara una mentalidad utilitarista se relativiza y reduce el valor del embrión como persona humana que puede ser sacrificado ante la posibilidad, real o hipotética, de que con ello se curarían ciertas enfermedades.
          Otros científicos justifican su forma de pensar y actuar afirmando, directamente, que no consideran al embrión un ser humano. Para ello trastocan la definición del inicio de la vida humana. Niegan que ese inicio sea en la concepción o fecundación relegándolo  a unos 7 días más tarde, cuando ocurre la implantación en el útero materno. Con ello, eluden cualquier problema ético en el hecho de producir embriones en el laboratorio y experimentar con ellos o extraerles las células estaminales antes de implantarlos, puesto que "no serían todavía seres humanos".
          Estos grupos de interés obtienen de esta forma la "libertad" de manipular al embrión y justificar de paso el uso de métodos abortivos del tipo de los que impiden la implantación del bebé.
          Los médicos y científicos, hasta antes de que el aborto entrara en debate en Estados Unidos y en el resto del mundo, teníamos una convicción unánime acerca del momento en que se inicia la vida gracias a los descubrimientos de la ciencia moderna.

Se promociona la clonación de embriones humanos para obtención de células madre
          De difundirse la producción "en cadena" de embriones humanos para obtener células estaminales se pasaría a considerar la clonación como la herramienta más eficaz para este fin.
          De un embrión humano de cuatro células ("totipotenciales") podríamos obtener hasta cuatro seres humanos semejantes dividiendo artificialmente dichas células,  o mediante una clonación generar un nuevo ser que tiene todas las propiedades para desarrollarse en un embrión humano (como en el caso de la "oveja Dolly").
          Todo un sistema de "producción en cadena" y la obtención de la cantidad adecuada de embriones humanos para satisfacer la oferta y la demanda que estos experimentos requerirían sin necesidad de estar buscando mujeres "donantes" de óvulos.
          El debate está aún abierto y, debemos ser enérgicos y firmes en la defensa de la vida del embrión, para contrarrestar que, con diversas excusas y falaces explicaciones, se siga tratando de destruirlo.
          La clonación humana es moralmente rechazable porque supone una lógica de "producción industrial". Y además: por la instrumentalizar a la mujer convirtiéndola en "prestadora" o "proveedora" de óvulos; por pervertir las relaciones naturales de paternidad, maternidad, filiación y consanguinidad. También resulta moralmente grave el hecho de que el "productor", el "vendedor" o el "comprador" de los embriones dispongan sobre la vida de un ser humano como si de una propiedad se tratara, sin respetar su dignidad.

Favorece el utilitarismo, la eugenesia y comercialización de seres humanos
          El hecho de que miles de seres humanos sean destruidos en aras de la investigación científica, aun cuando se tenga el más noble propósito, deshumaniza nuestra cultura y rebaja la dignidad del ser humano a un nivel netamente utilitario.
          La posibilidad de crear libremente embriones con estos fines favorece el paso a la selección de los embriones que se consideren más apropiados para los fines de sus creadores, mientras que los no apropiados se descartan (sacrifican) aludiendo razones: eugenésicas, económicas o psicológicas.  Se incentiva el racismo, ya que, lamentablemente, no todas las razas son igualmente bienvenidas, y se pone la valoración de la vida humana en el código genético o en la función que pueda desempeñar, como por ejemplo el ser fuente de células estaminales.
          Por otro lado, el hecho de producir embriones humanos para este fin y que sean "propiedad" de científicos o corporaciones y se puedan comercializar, así sea con fines científicos o "humanitarios", constituye una falta gravísima contra la dignidad de la persona humana.
          Mientras la humanidad parece estar avanzando cuando se aleja de lacras como el racismo y la esclavitud, da un profundo paso atrás al negarle al embrión humano el derecho a continuar viviendo y al disponer de su cuerpo a voluntad de sus creadores o de quienes financian el proceso.
Extractado de

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