Escribo hoy, a propósito del artículo publicado en www.nuevatribuna.es
el pasado día 23 de febrero, y en el que D. Pablo Vaamonde se hace siete preguntas, a las que también
responde, en relación al anteproyecto de ley del ministro Gallardón. El
artículo lo titula Aborto:
regreso a la barbarie, y lo firma dejándonos ver que es Médico de familia.
Pues bien, yo, que también
soy Médico, siento necesidad de replicarle por errores de bulto que no caben en el
saber médico, ni en la verdad de las
cosas. Sus respuestas podría herir la inteligencia de sus lectores por cuanto
que parece quererles imbéciles y faltos de criterio.
Pasamos a comentar algunas
de las cuestiones:
«1. ¿Gestación es lo mismo que vida humana?
[...] En las primeras semanas de gestación no
se puede hablar de una vida propiamente humana. Se trata de un
conglomerado celular que se desarrolla siguiendo un plan predeterminado: [...] La ley de plazos vigente es aceptada
mayoritariamente; se entiende que más allá de un momento temporal concreto ya
existe una vida que puede llegar a conformar un ser humano. Esta es la visión
desde el conocimiento biológico.»
|
¿Qué datos, basados en la evidencia, puede aportar para “pontificar”
que la vida engendrada tras la fecundación de un óvulo humano por un esperma
humano no deba ser considerada (hablar de ella como) “propiamente humana”? ¿Verdad
que no tiene ninguno?
Le presto una cita de otro
colega médico genetista ilustre el Dr. Jerome Lejeune "Si un óvulo fertilizado no es por sí mismo
un ser humano, no podía convertirse en uno, porque nada se añade al mismo."
Lo que refiere como “conglomerado
de células” se desarrolla, si le dejan, siguiendo un plan, no predeterminado (anterior
a su existir), sino determinado en el mismo momento del inicio de su existir,
cuando tras la fusión de los núcleos gaméticos se organizó una nueva y singular
“carga genética”.
«2. ¿Defensa de la vida o defensa del alma?
Pero la cuestión no es cuando comienza la vida humana desde la
perspectiva de la ciencia. Porque el
legislador (en este caso el ministro Gallardón, que presentó su
anteproyecto de "Ley de Protección de los Derechos del Concebido y de la
Mujer Embarazada") se sitúa en el
terreno de la creencia religiosa: [...]. El cigoto tiene derecho la vida (por encima del derecho de la mujer),
por poseer un alma que le convierte en humano desde el primer momento. Esta
instalación en el dogma para legislar tiene efectos muy perversos: impone
una creencia propia a toda la población, contempla a la mujer como una
incubadora y le retira la capacidad de decidir; le niega el derecho a
disponer de su cuerpo e incluso pretende obligarla a traer al mundo fetos con
malformaciones y dolencias graves. En el año 2013 nacieron en España (con la
ley vigente) 3.500 niños con discapacidades severas que son dependientes para
toda la vida. Con la ley de Gallardón habrá más recién nacidos con
limitaciones importantes: es una crueldad obligar a la vida estas criaturas
mientras le sustraen a las familias toda ayuda y protección para su crianza.»
|
La respuesta se descalifica por sí misma, cuando atribuye, gratuita y
torticeramente, intenciones “confesionales” no reconocidas por el autor del anteproyecto de
ley, ni que se contengan o presuman en el texto que todos hemos podido
consultar. ¿Dónde se habla de alma o de Dios el texto? ¿Cuándo ha argumentado
el ministro sobre “inserciones divinas” de almas?
Hablar de mujer incubadora,
de derechos sobre otros, de tremebundas intenciones de inundar el planeta con fetos
malformados o dolientes.... ¡Vamos Sr. mío!... Solo es verborrea y demagogia de
la más cutre.
Nadie quita el derecho de la
mujer a decidir sobre su cuerpo, pero Ud. debe recordar que en la facultad aprendimos
que “el ser engendrado” no es cuerpo ni parte de la mujer (su madre) aunque
esté dentro de ella. También en la facultad nos adiestraron para tratar
“pacientes”, curando o paliando sus múltiples y variadas dolencias o
deficiencias de salud. ¡No yerre el tiro!, el enemigo a batir son las enfermedades y las deficiencias,
nunca los pacientes. Ni la eugenesia
ni la eutanasia de “no nacidos” abortándolos cura nada. El oficio de médico,
tal como muchos lo entendemos y aprendimos, dista mucho del de verdugo.
«3. ¿Cómo cambió la
regulación del aborto en la historia reciente?
La decisión de abortar es
siempre difícil y dolorosa. [...] doble moral
y esa conducta hipócrita son las que el gobierno pretende recuperar
con esta ley.»
|
Bla, bla, bla... parece estar en un mitin. Nos ilustra con una reinterpretación
gratuita de la historia y, nuevamente, atribuye intenciones al gobierno que nunca manifestó
ni defendió.
Le compro lo de que abortar es
siempre difícil y doloroso, pero añado un “por qué” a esa dificultad y
dolor... y es que siempre está “tintado de muerte”.
El aborto, ¿por qué no lo dicen claramente?, es siempre un acto cruento
que requiere “conditio sine qua non” matar para extraer al ser que vive en la
madre embarazada. Por eso “duele” y resulta “difícil” optar por él,
porque lo natural de una madre es ser exquisitamente humana con el hijo que
alberga.
No se engañe, ni trate de engañar.... en “el trato humano a nuestros semejantes” no hay nada de dogma,
religión o creencia alguna. Es pura y clara “tendencia natural” de los humanos,
y es la base de nuestro vivir en sociedad.
«6. ¿Es necesaria una nueva ley sobre el aborto?
Un grupo de profesionales relevantes hizo públicas sus razones para
defender la actual norma: es una ley conforme la Constitución, que funciona
(no hubo incremento en el número de abortos), respeta a las mujeres y la vida
en formación. No hace distinción entre pobres y ricas y permite que las IVEs
se realicen de forma segura y equitativa. Además la legislación de plazos es
la que más aplican los países del entorno europeo y permite compatibilizar la
protección del no nacido con el derecho de la mujer a no continuar con una
gestación no deseada. Derogar esta ley representa un retroceso que nos
devuelve a los tiempos del franquismo y a los abortos clandestinos. Significa
un regreso de la civilización a la barbarie. Pero hay quien se está
preparando ya para hacer negocio: las clínicas portuguesas que se dedican a
la práctica de IVEs se preparan para la llegada masiva de mujeres españolas.»
|
La actual ley abandona a la mujer a su desesperación frente a un
embarazo que no preveía o que ha ocurrido inoportunamente. ¿Qué libertad
hay en decidir comer lentejas ante un “o lo tomas o lo dejas”? La pobreza
de opciones alternativas limita grandemente la libertad de elección, y cuando
la opción es única directamente no hay libertad de elegir. La “interrupción”
(como gustan decir los abortistas) no es voluntaria sino “condicionada” por las
múltiples y variadas causas que le hacen a la mujer verse ante un “callejón sin
salida” tras constatar que se ha quedado embarazada.
Además no defiende, ni respeta,
la vida de los seres humanos en las primeras catorce semanas de vida. ¡Qué
ironía! Se crea un “Guantánamo” legal donde los seres humanos de menos de 14
semanas de vida permanecen a la espera del arbitrio del dedo de su madre, ¡Cómo
en el circo de Roma!
¿Regresar a la barbarie? ¿De
qué habla? Los abortistas parecen estar especialmente cerca de los Espartanos
de los siglos VII y VI a. C. que se deshacían de los niños que no nacían “sanos y bien formados” por el
expeditivo método de despeñarlos al pie del monte Taigeto. No hay mucha
diferencia con lo defendido por los abortistas, tan solo, que tratan hacerlo
antes de que nazca para así quitarle visibilidad, ¿Es progresista buscar
modelos de hace veintiocho siglos? pero ¿de qué barbarie habla?
Le diré que la reforma es
necesaria para proteger “efectivamente” a todo ser humano concebido; para
regular y promover ayudas eficaces a fin de que las madres en dificultad y
nunca tengan que optar por lo peor. Amén de que complementariamente se incida
en el ámbito educativo promocionando actitudes positivas de responsabilidad ante nuestros actos, y
de respeto a los otros y a nosotros
mismos.
Otra cosa es, que no esté,
personalmente, de acuerdo con esta reforma por encontrarla tímida y alicorta; por
dejar enormes agujeros por donde puede ser violentada y favorecer los conocidos
fraudes de ley que en este terreno son habituales. Pero como es difícil
empeorar la vigente ley del 2010, cualquier mejora aunque pequeña y alicorta
como la he calificado, sea bienvenida.
7. ¿Qué cambios plantea
la ley de Gallardón?
[...]
|
Dejo que el lector interesado
revise en la fuente
original, la “interpretación” sesgada de Sr Vaamonde hace, en su respuesta, de los
planteamientos del ministro.
Yo diré que, si al final la
literalidad de la nueva ley hace “justicia” a la música que suena en su título
“Protección de los Derechos del Concebido
y de la Mujer Embarazada” habremos dado un paso grande en la dirección correcta,
cual es la defensa de la vida y de la dignidad del ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario