Hoy estuvimos otra vez en la calle
reivindicando que no sigan matándose inocentes (no nacidos). Se celebra el día
de los “Santos Inocentes”, y aunque es costumbre que se convierta en una
jornada hábil para hacer bromas y chanzas, nosotros, desde Derecho a Vivir Jaén, hemos querido traer a la memoria de nuestros
paisanos que en pleno siglo XXI siguen muriendo inocentes abortados.
40 años después de que se
diera el pistoletazo de salida en EEUU con la sentencia Roe vs. Wade
(22 de enero de 1973), acumulamos 1.720 millones de inocentes muertos victimas
del aborto. Esa cifra hace palidecer los holocaustos del pasado siglo: el judío (los nazis mataron
a algo más de 6 millones de personas entre 1941 y 1944), o el Armenio (a manos del
Imperio otomano con 1,5 millones de personas muertas entre 1915 y 1922), o el Ucraniano
(Stalin asesinó a 7 millones de personas entre 1932 y 1933). Ni entre los tres
juntos consiguen acercarse al triste “record” alcanzado por el aborto.
Son muchos millones de “¿por
qué?” para salir a la calle a decirle a la gente que no vuelva la cabeza, que
no cierre los ojos, que denuncie tamaña inhumanidad. Nos hicimos con una
pancarta-slogan y un manifiesto reivindicativo, y salimos a repartirlo informando
a la gente sobre el, recientemente aprobado, anteproyecto de reforma de la ley
que hace posible esa matanza.
El año que viene más.
Ideamos una iniciativa para
inundar WhatsApp y otras redes con el muñeco de nuestra pancarta, invitando a nuestros contactos a adherirse poniendolo como imagen en sus respectivos “perfiles”
de usuario. Nos despertamos con nuestra lista de contactos inundada de
muñequitos con mensaje, ¡¡ fantástico !!
El tiempo (viento y lluvia) trataba de hacernos una mala pasada y
anduvimos en la cuerda floja de pasarnos de prudentes y renunciar a salir. Pero,
aunque más tarde de lo pensado, estuvimos “donde debíamos estar” con nuestros
paisanos que gustosos acudían a firmar por el aborto cero.
Por faltar no faltó ni la
anécdota de tres jóvenes (dos ELLAS y un EL) del otro “bando” cargados de
pasquines y que nos increpaban a gritos pidiéndonos que “nos ocupáramos de los vivos y no de los muertos”, que “lo que está dentro de la madre no está vivo”,
un espontáneo, también joven, nos hizo el “quite” y se quedó rebatiéndoles casi
una hora. Y nosotros a lo nuestro.
Haciendo realidad que “una
imagen vale más que mil palabras” ahí va la prueba gráfica del evento.
1 comentario:
Gracias Álvaro por esta crónica de lo más explícita. Siento no haber podido estar esta vez, aunque tal y como lo has contado, parece que lo he vivido in situ, pero ya sabes... Obligaciones familiares.
Como tu bien dices, el año que viene otra vez, y así estaremos, hasta que veamos nuestros objetivos cumplidos.
Con "escraches" o sin ellos, estaremos en la calle las veces que haga falta.
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