Otro buen artículo recogido de las
páginas de opinión de ForumLibertas.com, los tiempos de “desierto” resultan
propicios para la reflexión, para poner en orden nuestras ideas, para beber de
aquellos que nos ofrecen sus análisis y explicaciones respecto de lo que
ocurre, para reponer el equilibrio de nuestros presupuestos mentales.
El de hoy es un gran y certero análisis
de la situación actual.
Hurga en posibles razones que nos han traído hasta aquí, cuestiona y acusa. Un solo “pero” por mi parte, cuando dice:
Hurga en posibles razones que nos han traído hasta aquí, cuestiona y acusa. Un solo “pero” por mi parte, cuando dice:
« No es cuestión ahora
de cabrearse con el PP y gritar: "no les votaré más" (un sabio refrán
dice "never say never"....).
Me parece preferible una batalla "dentro" del PP que una
"contra" el PP. A menos de estar dispuestos, para castigar el PP, a
favorecer un mínimo de 4 años de gobierno del socialista Sánchez (el Zapatero
bis). [...] »
Yo soy de los que creo que si de
resultas de “nuestra reacción” (la que sea), pasamos a padecer 4 o más años de
más ingeniería socialista... ─la carga de la culpa corresponde a quien
traiciona y nunca al que se revuelve y reacciona
contra ella─.
Os dejo ya con el trabajo de Giorgio
Chevallard, y os dejo un
enlace [AQUÍ]
donde podéis enriqueceros con más artículos de Giorgio.
Los resaltados en rojo de texto son míos.
La traición de Rajoy… ¿una buena noticia?
El presidente del Gobierno cede y anula la reforma de la
ley del aborto en España
Giorgio Chevallard 1 │ 06/10/2014
Seguimos siendo el único Estado que
reconoce el aborto como derecho.
La fiesta de los abortistas
escenifica la aberración de lo humano, el poder matar defendido como "libertad" (ya lo dijo Romano Guardini, hace 60
años...).
Está claro que el PP está al
servicio de intereses que no son los nuestros, ni los del pueblo. Rajoy ha mentido, ha engañado, ha traicionado
su propio programa electoral, su política y la de su partido, su compromiso de
gobierno... El único que se salva es
Gallardón, que por decencia dimite y se va de la política: y, con su gesto de
irse como un señor, condena esta casta política y esta forma de entender la
política. Porque una de dos: o un
partido político existe y trabaja para el bien de todos, para un proyecto social,
o sólo busca el poder y es autorreferencial, sólo a su propio servicio: y su
fin "esencial" es quedarse con el mayor poder posible. Traicionar así a los electores, tragarse un
compromiso explícito y escrito... ¡qué desfachatez!
Quien debería dimitir no es
Gallardón, es el propio Rajoy si tuviera vergüenza. Ha apelado a la sensatez y al consenso...
¿Es 'sensato' matar inocentes para
mantenerse en el poder?
¿Con qué "consenso" su
gobierno ha dado decenas de miles de millones a los Bancos, permite los desahucios,
ha aumentado todos los impuestos, ha recortado prestaciones sociales, sueldos y
pensiones?
Es el típico valiente con los
débiles y cobarde con los fuertes... Y, de paso, se ha mofado del Parlamento español (sede de la soberanía
nacional....), que había votado hace pocos meses en escrutinio secreto contra
la retirada de la reforma de la ley. [Por no hablar de su concepción de la legalidad y de la
democracia, la incapacidad suya y de su partido de querer entender lo que pasa
en Catalunya.... pero con esto nos meteremos otro día].
No es cuestión ahora de cabrearse
con el PP y gritar: "no les votaré más" (un sabio refrán dice "never
say never"....). Me parece preferible una batalla "dentro"
del PP que una "contra" el PP. A menos de estar dispuestos, para
castigar el PP, a favorecer un mínimo de 4 años de gobierno del socialista
Sánchez (el Zapatero bis). Pero es
curioso ver que aún no se han dado dimisiones ni en su Gobierno (con ministros
católicos), ni entre los diputados de su partido (excepto Gallardón). Un espectáculo esperpéntico, tan parecido al
de los "cristianos para el socialismo", que tragan ruedas de molino
de cualquier dimensión para seguir proclamándose católicos y apoyar cualquier
ley que les imponga el partido.
Está claro que la clase política
está podrida y que difícilmente podrá renovarse (en España, como en Europa) si
no es capaz de recuperar su fuente ideal, su relación con el hombre real y de
aceptar mecanismos electorales que permitan la elección directa de los
candidatos.
Quienes dentro de la Iglesia han
defendido el PP como la mejor opción de voto para los católicos debería dar
cuenta del porqué lo hicieron.
Cualquiera lo ve: Zapatero y Rajoy
son verdaderos hermanos (en más de un sentido...), derecha e izquierda ya
apenas se distinguen, estando todas al servicio de un poder oculto,
transnacional, que manipula lo humano y decide la política mundial,
camuflándose de democrática en algún lugar (por ejemplo en Italia ya llevamos tres
primeros ministros que no han sido votados por el pueblo, alguno era exdirectivo
FMI, todos más o menos 'impuestos' por
instancias supranacionales).
Pio XI lo llamaba el
"imperialismo internacional del dinero" ya en 1931 [Quadragenimo
Anno]; y los varios lobbies
son solo sus instrumentos políticos y culturales.
Vale la pena releer El poder de
los sin poder, donde Vaclav Havel denunciaba -ya en 1978- la sustancial
identidad del totalitarismo soviético con los regímenes occidentales,
aparentemente democráticos, pero sometidos a una tecnocracia que destruye lo
humano, de forma más sutil y por esto más peligrosa. Porque este mundo
occidental que siempre se auto-justifica exporta guerras a Kuwait, Irak, Libia,
Siria, etc... en nombre de la "democracia" (casi siempre donde hay
petróleo), pero tiende a quedarse en las buenas palabras si se trata de apoyar
de verdad la libertad, como ahora el movimiento "Occupy Central"
en Hong Kong, donde está sucediendo algo interesante.
Tampoco nosotros estamos libres de
responsabilidad sobre lo que ha pasado:
¿Hemos amado la vida más que los otros
la muerte?
¿Hemos luchado para las razones de la
vida más que los otros por la libertad de matar y por su individualismo?
Es verdad que hay gente que se ha
mojado y ha sido capaz de dar razones, de abrazar lo humano y de buscar la persona
concreta para un debate real, no ideológico.
Porque nosotros no estamos contra
nadie más que contra el mal, la mentira, la destrucción de lo humano.
Pero la mayoría del "mundo católico" no se ha movido; ni
nosotros hemos hecho todo lo que hubiéramos podido.
1 El
Presidente del Centro Cultural
Charles Pèguy, de Barcelona
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