Como no podía ser de otro
modo, también nos hacemos eco de las buenas noticias, y todo retroceso en la
permisividad de que gozan las ideas abortistas será bienvenido a estas páginas.
Según el Instituto Guttmacher, pro-aborto
Avanza la causa provida en EE UU: en 2013 se aprobaron 43 leyes
que restringen el aborto
Aci
El 2013 se ha convertido en
el segundo mejor año para la causa pro-vida en Estados Unidos desde 2011, en
base al número de leyes aprobadas para restringir el aborto en el país en lo
que va del año.
De acuerdo al Instituto
Guttmacher, que apoya abiertamente la legalización del aborto en todo el mundo,
durante el primer semestre de 2013, los legisladores estatales estadounidenses aprobaron
43 disposiciones que restringen el aborto.
Este número es ligeramente
superior al del mismo periodo en 2012, cuando se aprobaron 39 disposiciones,
pero inferior al máximo histórico de 80 leyes pro-vida, que se registró en
2011.
El debate sobre la
regulación al aborto llegó a los titulares de los diarios estadounidenses en
2013, debido en parte al juicio del abortista Kermit Gosnell, de Filadelfia,
quien fue sentenciado por delitos como la mala práctica médica y el
asesinato de bebés que nacieron vivos, tras abortos fallidos en su clínica.
Los legisladores del estado
de Arkansas pasaron por encima del veto del gobernador, en marzo de este año,
ante un proyecto de ley que prohíbe la mayoría de los abortos después de las 12
semanas de embarazo. El motivo de este proyecto de ley aprobado es que a esa
edad, el latido del corazón del feto ya puede ser identificado con
ultrasonido abdominal.
También en marzo, en Dakota
del Norte, los legisladores aprobaron tres leyes pro-vida. Una de ellas prohíbe
el aborto si el latido del corazón del feto puede ser detectado. Esta norma
tendrá efecto desde agosto, si resiste a desafíos legales.
Otra ley prohíbe los
abortos en base al sexo del bebé o a anormalidades genéticas.
Alabama realizó normativas
similares, con lo que suman siete los estados que tienen estas leyes, a pesar
de que dos enfrentan desafíos legales a estas.
El estado de Alabama
requiere actualmente a las clínicas que realicen abortos quirúrgicos tengan
los mismos estándares que los centros de cirugía ambulatoria, sumándose a
otros 25 estados con leyes similares.
Indiana extendió, en 2013,
estos estándares a clínicas que realizan abortos con medicamentos.
Cuatro estados: Alabama,
Indiana, Louisiana y Mississippi, elaboraron leyes que prohíben la
"telemedicina" remota, que dispense medicamentos abortivos. Doce
estados actualmente tienen una legislación similar.
Los legisladores de Arkansas
y Pennsylvania votaron a favor de limitar la cobertura de aborto en los
seguros de salud creados en 2010 por la legislación federal del cuidado de la
salud, sumando 22 estados con este tipo de normativa.
Una ley de Indiana requiere
que las mujeres que buscan un aborto se realicen un ultrasonido, mientras que
Ohio exige que una mujer que busque un aborto pase primero por un examen
externo, que determine si se puede detectar el latido del corazón del bebé.
Kansas y Montana han
aprobado leyes que permiten que profesionales de la salud retengan información
sobre el embarazo, si hay preocupación de que esa información pueda llevar a
que se realice un aborto.
El estado de Ohio ha
prohibido que hospitales públicos realicen acuerdos de transferencia con
clínicas abortistas, incluyendo situaciones de emergencia. La disposición
significaría que las mujeres que enfrenten complicaciones durante abortos
tendrán más dificultades para recibir tratamiento.
El número de leyes pro-vida
aprobadas en la primera mitad de 2013 fue reforzado el 12 de julio, cuando el
Senado de Texas aprobó una ley que prohíbe la mayoría de abortos después de
las 20 semanas de embarazo, e incrementando los estándares requeridos para
las clínicas abortistas.
La ley fue introducida a la
Cámara estatal la semana pasada durante una sesión especial, ya que no fue
votada durante las últimas horas de la sesión legislativa normal, debido a una
maniobra obstruccionista del partido Demócrata y la interrupción de activistas
abortistas.
La ley había sido aprobada
por la Cámara de Representantes, antes de que fuera considerada por el órgano
legislativo superior, y se espera que sea firmada en breve por el gobernador de
Texas, Rick Perry, quien llamó a la sesión especial para considerar el proyecto
de ley.
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