Este es momento propicio para los que acostumbran a querernos vender sus ideas utilitaristas y de descarte/selección. El triste caso de la niña Andrea fue, y esta siendo, utilizado por quienes propenden una ley de eutanasia para nuestro país. Lo venden disfrazado de mil colores, para dulcificar lo que realmente es, una muerte adelantada para ahorrar inconvenientes molestos y costosos… pero que llaman “muerte digna”.
De esto, ya me ocupé el pasado
día 2 cuando me preguntaba ¿Qué hay de digno o compasivo
en dejar morir de inanición y sed? Pero hoy quiero traeros un artículo interesante y muy clarito, que nos
habla de realidades, desgraciadamente nada lejanas, que pueden ser nuestro mañana, a menos que
reaccionemos enfrentándolo.
¡Para no perdérselo!
España
no es país para viejos … ni para “improductivos”. Una reflexión de Teresa
García-Noblejas
18/10/2015
El triste caso de la niña
Andrea ha sido utilizado por el PSOE y los partidarios de la
eutanasia (la multinacional que defiende la llamada “muerte digna”) para
incluir esta práctica contra la vida humana en el debate social y en
la agenda política.
Con el título de este artículo
quiero hacer visible que la mentalidad que subyace tras la eutanasia no es
otra que la “cultura del descarte” a la que el Papa Francisco se ha
referido en numerosas ocasiones.
Los argumentos para descartar
personas mediante la eutanasia se pueden revestir de muchas maneras:
Con estos argumentos, no es
que España no sea país para viejos. Es que a todos nos trasladarán de
barrio antes de que nos llegue la hora.
Otro día hablaremos de las
diferencias entre eutanasia, sedación y encarnizamiento terapéutico,
conceptos que conviene aclarar.
Teresa García-Noblejas
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