domingo, 28 de diciembre de 2014

Hoy, se siguen matando INOCENTES cada día


          Cada 28 de diciembre, la Iglesia Católica recuerda en su liturgia la matanza de niños inocentes en Belén, ordenada por el rey Herodes I el Grande a quien estorbaba la sola idea de que hubiese nacido un Mesías-Rey, tal como le contaron los Magos. La noticia llega hasta nosotros, contada por el evangelista San Mateo (2:13-18).

          La cuestión es que hoy, tras poco más de 2000 años, algunos defienden que el nacimiento de un niño inesperado puede amenazar con romper los “esquemas” de vida de su madre, y por ello abogan por hacer legal su muerte. Y tan es así, que en pleno siglo XXI mueren inocentes por miles, diariamente, a causa del aborto.

          Lo más difícil de entender, de los defensores del exterminio de niños nacientes  —a los que renombran como “problemas” para no mirarles a los ojos y así negar su naturaleza humana—  es que se declaran fervientes defensores de abolir la pena de muerte.

          Los que nos consideramos defensores de la vida, estamos de acuerdo en que nada justifica matar a un ser humano;   pero que,   si ese ser humano es objetivamente inocente, y especialmente débil por su situación dependiente,   no solo es injustificable sino que, además, es vil e inhumano.

          Un ejercicio didáctico puede rebelarnos esa incongruencia

          El texto que sigue,  de Amnistía Internacional,  es en sus propias palabras,  tal cual se ven en su web [puede consultarse aquí]…
          Este texto resume el documento titulado Los derechos humanos frente a la pena de muerte: ¿Por qué abolir la pena capital? (Índice AI: ACT 51/002/2007), publicado por Amnistía Internacional en septiembre de 2007.
          Parafraseado punto a punto, con el solo trastoque conceptual de “pena capital” por “aborto”  queda como puede leerse en el texto justificado al margen derecho y de color rojo.

          Como siempre, los argumentos abolicionistas contra la pena de muerte son incontestables, pero resulta incomprensible la ceguera a la hora de considerarlos respecto a las muertes por aborto.

          Veamos…
«Ha llegado el momento de abolir la pena de muerte en todo el mundo.
Es tiempo ya de acabar con la injusta muerte, por aborto, en las entrañas de su madre, en todo el mundo.
»La causa en pro de la abolición se vuelve más apremiante cada año que pasa.
El imparable incremento del nº de abortos año tras año, hace apremiante la causa pro-abolición.
»En todas partes la experiencia muestra que las ejecuciones embrutecen a quienes participan en ellas.
En todas partes la experiencia muestra que los abortos embrutecen e insensibilizan a quienes participan en ellos.
»No hay ningún lugar en el que se haya demostrado que la pena de muerte posea una eficacia especial a la hora de reducir la delincuencia o la violencia política.
No hay ningún lugar en el que se haya demostrado que legalizar el aborto posea una eficacia especial a la hora de reducir su número, o alguno de los problemas que dicen intentar resolver.
»Su aplicación, en país tras país, recae desproporcionadamente sobre los pobres o las minorías raciales o étnicas.
Su aplicación, en país tras país, recae sobre el ser más indefenso que pueda pensarse. Afectando especialmente a los pobres y desarraigados, o a las minorías raciales o étnicas.
»Con frecuencia se utiliza como instrumento de represión política.
Con frecuencia se utiliza como instrumento de reivindicación ideológica y de represión (exclusión) de los disidentes.
»Se impone y se ejecuta de manera arbitraria.
Se impone y se ejecuta de manera arbitraria (amparada por ley), sin necesidad de alegar razón alguna durante las primeras 14 semanas de vida.
»Es un castigo irrevocable que, inevitablemente, puede dar lugar a la ejecución de personas completamente inocentes.
Es un acto irrevocable que, inevitablemente, da lugar a la muerte de seres completamente inocentes.
»Además, la pena capital viola los derechos humanos fundamentales. »
Además, el aborto viola derechos (a la vida) humanos fundamentales.
      
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          Para Amnistía Internacional,  los seres humanos pareciera que,  fuéramos “concebidos” como entelequias inmateriales que, aunque producto de una relación física coital entre un hombre y una mujer,  entraríamos a formar parte (materializarnos) del mundo por la sola voluntad de quien nos alberga en sus entrañas.  

          Si algún lector piensa que me he vuelto loco al escribir semejante retruécano, solo tienen que asomarse a la página de Amnistía donde nos cuentan la actual campaña para 2014 / 2015  #MiCuerpoMisDerechos;   todo un alarde de reivindicaciones carentes del más mínimo sentido común, al no considerar  “en modo alguno”  al  ya “concebido”.  ¿Será que, mientras la embarazada decide si ejercerá (o no) su derecho corporal a desembarazarse, solo es pura entelequia inmaterial?

          Desde estas páginas, hoy, de alguna manera, queremos tener un recuerdo para los miles de millones de inocentes muertos por aborto.

          Y terminar con la reflexión de que por este camino solo vamos al “suicidio” auspiciado y consentido de nuestra civilización.

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