Cada 28 de diciembre, la Iglesia Católica recuerda en su liturgia la matanza de niños inocentes en Belén, ordenada por el rey Herodes I el Grande a quien estorbaba la sola idea de que hubiese nacido un Mesías-Rey, tal como le contaron los Magos. La noticia llega hasta nosotros, contada por el evangelista San Mateo (2:13-18).
La cuestión es que hoy,
tras poco más de 2000 años, algunos defienden que el nacimiento de un niño inesperado
puede amenazar con romper los “esquemas” de vida de su madre, y por ello abogan
por hacer legal su muerte. Y tan es así, que en pleno siglo XXI mueren inocentes
por miles, diariamente, a causa del aborto.
Lo
más difícil de entender, de los defensores del exterminio de niños nacientes —a los que renombran como “problemas” para no
mirarles a los ojos y así negar su naturaleza humana— es que se declaran fervientes defensores de
abolir la pena de muerte.
Los que nos consideramos defensores de la vida, estamos de acuerdo en que nada justifica matar a un ser humano;
pero que, si ese ser humano es objetivamente inocente, y especialmente débil por
su situación dependiente, no solo es injustificable sino que, además, es vil e inhumano.
El
texto que sigue, de Amnistía Internacional, es en sus propias palabras, tal
cual se ven en su web [puede consultarse aquí]…
Este texto resume el
documento titulado Los derechos humanos frente a la pena de muerte: ¿Por qué
abolir la pena capital? (Índice AI: ACT 51/002/2007), publicado por
Amnistía Internacional en septiembre de 2007.
Parafraseado
punto a punto, con el solo trastoque conceptual de “pena capital” por “aborto”
queda como puede leerse en el texto
justificado al margen derecho y de color rojo.
Como
siempre, los argumentos abolicionistas contra la pena de muerte son
incontestables, pero resulta incomprensible la ceguera a la hora de
considerarlos respecto a las muertes por aborto.
Veamos…
«Ha
llegado el momento de abolir la pena de muerte en todo el mundo.
Es tiempo ya de acabar con la injusta
muerte, por aborto, en las entrañas de su madre, en todo el mundo.
»La
causa en pro de la abolición se vuelve más apremiante cada año que pasa.
El imparable incremento del nº de abortos
año tras año, hace apremiante la causa pro-abolición.
»En
todas partes la experiencia muestra que las ejecuciones embrutecen a quienes
participan en ellas.
En todas partes la experiencia muestra que
los abortos embrutecen e insensibilizan a quienes participan en ellos.
»No
hay ningún lugar en el que se haya demostrado que la pena de muerte posea una
eficacia especial a la hora de reducir la delincuencia o la violencia política.
No hay ningún lugar en el que se haya
demostrado que legalizar el aborto
posea una eficacia especial a la hora de reducir su número, o alguno de los
problemas que dicen intentar resolver.
»Su
aplicación, en país tras país, recae desproporcionadamente sobre los pobres o
las minorías raciales o étnicas.
Su aplicación, en país tras país, recae
sobre el ser más indefenso que pueda pensarse. Afectando especialmente a los
pobres y desarraigados, o a las minorías raciales o étnicas.
»Con
frecuencia se utiliza como instrumento de represión política.
Con frecuencia se utiliza como instrumento
de reivindicación ideológica y de represión (exclusión) de los disidentes.
»Se
impone y se ejecuta de manera arbitraria.
Se impone y se ejecuta de manera
arbitraria (amparada por ley), sin necesidad de alegar razón alguna durante las
primeras 14 semanas de vida.
»Es
un castigo irrevocable que, inevitablemente, puede dar lugar a la ejecución de
personas completamente inocentes.
Es un acto irrevocable que,
inevitablemente, da lugar a la muerte de seres completamente inocentes.
»Además,
la pena capital viola los derechos humanos fundamentales. »
Además, el aborto viola derechos
(a la vida) humanos fundamentales.
Click ver más grande |
Para
Amnistía Internacional, los seres humanos pareciera que, fuéramos “concebidos” como entelequias inmateriales
que, aunque producto de una relación física —coital— entre un hombre y una mujer,
entraríamos a formar parte (materializarnos) del mundo por la sola voluntad de quien nos
alberga en sus entrañas.
Si
algún lector piensa que me he vuelto loco al escribir semejante retruécano, solo tienen que asomarse a
la página de Amnistía donde nos cuentan la actual campaña para 2014 / 2015 #MiCuerpoMisDerechos;
todo un alarde de reivindicaciones carentes del más mínimo sentido común, al no
considerar “en modo alguno” al ya “concebido”. ¿Será que, mientras la embarazada decide si ejercerá
(o no) su derecho corporal a desembarazarse, solo es pura entelequia inmaterial?
Desde
estas páginas, hoy, de alguna manera, queremos tener un recuerdo para los miles de millones de inocentes muertos
por aborto.
Y
terminar con la reflexión de que por este camino solo vamos al “suicidio” auspiciado
y consentido de nuestra civilización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario