Ante la inminente reentré en el debate político de la
reforma de la ley del aborto, una vez pasadas y digeridas las elecciones
europeas, queremos participar desde esta tribuna apoyando y resaltando todo
aquello que se decante por favorecer el flanco débil de la cuestión... “la vida,
la salud y la dignidad de las víctimas (madre e hijo).
El flanco de los intereses mercantilistas, ideológicos
e inconfesables tiene “medios” potentes donde ser amplificado adecuadamente
para “reconversión” de incautos y buenistas.
Para iniciar la serie, recomiendo asomarse a Manifiestos
y Comunicados que apoyan el cambio de ley del aborto, donde se pueden consultar algunas de las muchas
reflexiones y manifestaciones, que muestran los inconvenientes de una ley de plazos y la necesidad de que exista protección del concebido y eficaz coordinación para apoyar
en sus necesidades a la mujer con embarazo imprevisto. Algunos, todavía, tienen
habilitada la posibilidad de adhesión rellenando un sencillo formulario.
También os traigo un artículo
que firma un médico anónimo y publica en su boletín la ASOCIACION DE BIOETICA
de la COMUNIDAD DE MADRID (ABIMAD), en el que, a través de un
caso clínico real, siguiendo el esquema caso clínico-comentario, se describe lo
que está sucediendo y se analiza si podría ser de otro modo.
Aborto en la práctica, ser o no ser
Ayer atendí a una paciente embarazada.
Me encontraba como médico de urgencias y
acudió una chica con malestar, dolor de cabeza y vómitos. Al indicarme
que estaba embarazada, y descartada una complicación, la consulta se centró
en los tratamientos farmacológicos adecuados que pueden usarse y que no
perjudican a la nueva vida que está en camino.
Llegados a este punto el padre acompañante
expresó, severamente, que no iban a tener al niño. "No tenemos
trabajo, vivimos en casa de mi abuelo, es imposible".
Un rápido vistazo al ordenador mostró la
tajante codificación en su historia de "embarazo no deseado"
y, más allá, unos renglones escritos por la trabajadora social: "pareja
joven, solicita interrupción voluntaria del embarazo, facilito información".
La madre expresó que "hemos
investigado y la ayuda que nos dan son 1.000 euros y con eso no hacemos nada".
Sentí tremenda vergüenza ante la desproporción entre la necesidad y la nula
eficacia para incentivar la maternidad desde nuestras políticas sociales y
les expresé que, junto a esta ayuda estatal, existen entidades que centran
sus esfuerzos en encontrar soluciones a problemas concretos, en este caso,
priorizar de modo especializado la búsqueda de empleo ante el embarazo
inesperado.
El padre bruscamente me mandó callar: "la
decisión está tomada. No queremos que nos diga nada. Ya lo estamos pasando
mal, nos hace daño lo que nos dice, mire como está", dijo,
levantándose. Añadí, preocupada por el cuidado de la paciente, y con suma
delicadeza, que también convendría informarse sobre cómo se puede
encontrar ella después de un aborto y que convendría un asesoramiento de ese
aspecto. Con una tristeza infinita y un llanto silencioso no reprimido
contemplé cómo se alejaban saliendo de la consulta. Tardé un rato en
recuperarme para poder atender al siguiente paciente.
Es muy cierto que las leyes marcan las actuaciones
de los ciudadanos en uno u otro camino y modulan la actuación profesional.
Ø LO QUE ESTÁ SUPONIENDO LA
ACTUAL LEY DEL ABORTO EN LA PRÁCTICA ASISTENCIAL
Ø LO QUE CAMBIARÍA LA REFORMA DE GALLARDÓN, BIEN DESARROLLADA
Está en nuestras manos.
Ser o no ser.
Médico Anónimo
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