sábado, 14 de junio de 2014

No se entiende... ‘soplar y sorber a la vez’



Don Eduardo Zungri, ha escrito en "Faro de Vigo" un artículo (Aborto: regular o prohibir) que, a mi punto de vista, podría calificarse de entre ladino y esquizofrénico1.
Siempre he alucinado de ver como alguien puede ser capaz retorcer tanto la realidad, hasta el punto de hacerle irreconocible su maldad y, consecuentemente, pasen a ser admitidas y ser dadas por buenas y santas, algunas auténticas barbaridades.
Me congratula que al Sr Zungri le parezca inconcebible la atrocidad de condenar a muerte a alguien por los cargos de apostasía, renegar de su fe y casamiento con un católico. Le parece que la intransigencia religiosa del islamismo y su Sharia no caben en su mundo de una Europa civilizada, orgullosa de los derechos de sus ciudadanos, permisiva todo tipo de creencias  (aunque, las más de las veces, empujando a los cristianos a volver a las catacumbas desapareciendo del espacio público), siempre que no vulneren (según quien) las normas fundamentales de convivencia.
Hasta aquí, todo estupendo y muy hermoso; pero para alguien que es médico (si mis informadores no me engañan), ¿cómo logra casar? pensar, primero, que
«el aborto, naturalmente, es digno de un trato particularmente cuidadoso, al incluir la desaparición de un ser vivo y los derechos de quienes lo han engendrado, necesitando de leyes escrupulosas que lo regulen»;
 y, unos pocos renglones más abajo, defender que no debiera prohibirse el aborto
 «ante el hecho de demostrarse la existencia de malformaciones o defectos genéticos graves»
porque
«los seres nacidos con estas alteraciones, si sobreviven al parto, condicionan al resto de su familia de por vida. En muchos casos, su existencia transcurre entre su domicilio, en donde requieren cuidados permanentes, y los centros hospitalarios que, con esfuerzos a veces inimaginables y el sufrimiento correspondiente, intentan mantenerlo en vida».
No me explico esa forma de pensar en alguien que, en razón de su profesión, ha tenido que vivir situaciones de pacientes tremendamente condicionantes de todos sus familiares, requiriendo cuidados y abnegaciones permanentes, ocupando su vida entre centros hospitalarios y su domicilio, y que solo con esfuerzos a veces inimaginables y el sufrimiento correspondiente, intentan mantenerlo en vida,...  incluso a edades (niños) de todo punto inimaginables de que concluyera una vida, ¿también le parecería justificado quitarles tan “onerosa” vida?.
Y si alguien, llevado por motivaciones de justicia, de solidaridad o de conmiseración,  defendiera que a esos pacientes les corresponde todo tipo de cuidados y atenciones que la ciencia sea capaz, porque su lamentable estado de dolor o deterioro no disminuyen, ni un ápice, su dignidad como seres humanos.
Admitiría, D. Eduardo, calificar eso de (parafraseando, los entrecorchados son míos)
«no es razonable que se imponga a quienes no comparten una visión religiosa...  [tratar a pacientes con semejante estado de dolor y deterioro], [su eliminación]...en dichos casos debería ser permitido. En contrapartida, nunca obligatorio por parte del Estado, dejando a criterio de... [sus familiares]  ... y de acuerdo con sus convicciones, la libertad de decidir ».
A veces pienso que algunos añoran la esperpéntica escena del “vaquero que, con cara lastimosa, se dispone a darle un tiro de gracia a la cabeza de su caballo que lamentablemente se ha fracturado una pata”.
Sinceramente, creo que el Sr. Zungri no sería capaz de llegar a tanto con sus pacientes, y especialmente, porque puede (y seguramente lo hace) mirarles a los ojos; porque la conmiseración no depende de criterios religiosos, y sí forma parte del sentir, de los más, de los médicos.
La gran pregunta es si, para ser capaces de no sentir conmiseración, solo tenemos que conseguir no mirarle a los ojos... taparlo antes de disparar. Si os parece que voy muy lejos... pensar que eso es exactamente lo que ocurre con el aborto... que la víctima está oculta... que alguno puede simplemente transmutar su nombre a “problema” ...y  ...resolver sin despeinarse.

Absolutamente triste y penoso. ¡¡Inhumano!!
mmmm
1 Esquizofrenia: en sentido figurado, adjetivo aplicado a acciones o circunstancias provenientes de un solo origen pero con fines claramente opuestos.
 Ladino: Astuto, sagaz, taimado



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