Una interesante
entrevista a D. Antonio Torres, ya
conocido por nuestros lectores, es una buena manera de empezar esta nueva etapa,
porque siempre es tiempo de aprender y de colaborar a que otros también aprendan.
No ocultaré mis simpatías
por sus criterios que, siempre, encuentro prudentes, certeros y eficaces. Un
gran luchador por las mujeres, le avala lo labor en Red Madre.
Presidente de RedMadre
Antonio Torres:
«Queremos una sociedad sin abortos, y apoyamos todo paso que se dé en esa
dirección»
Actualizado 10
septiembre 2013 - 0:0
La anunciada reforma
de la Ley del Aborto no ha sido acogida por igual por el movimiento provida.
Aunque compartiendo el objetivo final -una sociedad libre de abortos-, las entidades provida han acogido de forma
diferente los posibles avances y las limitaciones de la nueva ley.
Con el objetivo de
clarificar posturas y buscar la unidad de cara a los próximos meses, el Presidente de la Fundación Red Madre,
Antonio Torres, explica en esta entrevista la línea de trabajo de dicha
entidad
- Como Presidente de Red Madre, ¿qué opinión le merece el
compromiso del gobierno en materia de reforma de la Ley del Aborto?
- Como he explicado varias veces, la batalla
por recrear un compromiso activo con la cultura de la vida en la conciencia
colectiva, en la ciencia, en la conducta personal, en las leyes y en las
políticas públicas, me parece uno de los grandes temas de nuestra época, que se
caracteriza de forma singular precisamente por la fuerte impronta de la cultura
de la muerte en la mentalidad colectiva dominante. Este proceso de recuperación
del aprecio y el respeto a la vida será, me temo, necesariamente largo y se
producirá paso a paso, pues así es todo lo humano: histórico, arduo, progresivo
y siempre inestable. Tanto en la vida personal como en la colectiva de los
pueblos, el compromiso con el bien exige esfuerzo, progreso, perseverancia,
virtud...; y eso... día a día, una vez y otra, sin desánimo y en permanente
rectificación frente a errores y cobardías.
Por ello, mi actitud y
la de Red Madre es la de apoyar y animar todo paso que se dé en la buena
dirección por pequeño que sea; y eso tanto respecto a los políticos como
respecto al voluntariado como en relación a las personas singulares. Siempre
animaré y felicitaré a quien se pone en marcha hacia el compromiso con la vida,
sea cual sea su pasado y por pequeño o tímido que sea su primer paso en la
buena dirección. Y a la vez nunca me daré por satisfecho con los primeros y
pequeños pasos y seguiré animando a todos a dar el siguiente y el siguiente y
el siguiente. Este criterio me lo aplico a mí mismo, lo aplico en la educación
de mis hijos, lo propongo a los voluntarios de Red Madre y a las mujeres que se
acercan a nuestra institución y lo aplico en mis juicios sobre las iniciativas
de los políticos y los gobiernos sea cual sea su color ideológico.
- ¿Significa esto que la propuesta en materia de aborto
del PP y de Gallardón es la propuesta de Antonio Torres y de Red Madre?
- En absoluto. Nuestra
propuesta, la mía y la de Red Madre, es una sociedad sin abortos y con leyes
que protejan siempre y sin excepción alguna la vida del no nacido y apoyen a la
mujer en su derecho a ser madre con políticas activas que ayuden a superar
cualesquiera obstáculos o dificultades para ello. ¡Ojalá ésta, mi propuesta,
fuese la de la mayoría de la sociedad española, la de la mayoría parlamentaria,
la del Gobierno, la de la ONU y la del Presidente de los EEUU!
Precisamente por ello
el trabajo de Red Madre consiste en apoyar e impulsar todo lo que pueda suponer
un avance hacia ese nuestro ambicioso objetivo. Nosotros no somos responsables
de lo que hacen los demás, pero sí está en nuestras manos animar a cualquiera
que pueda aportar un granito de arena a esta causa. Repito que este criterio es
el que aplicamos a cualquier mujer que llama a nuestras puertas, y es el mismo
que aplicamos a la hora de juzgar a los políticos: no excluimos a nadie que se
acerque con rectitud de intención, animamos a todo el que quiera aportar algo a
la causa y -a la vez- no renunciamos nunca a proponer nuestro ideal y seguimos
trabajando para que llegue a realizarse sin darnos por satisfechos con éxitos o
consecuciones parciales.
- En algunos medios cristianos y provida ha recibido usted
críticas por saludar en términos positivos el anuncio del Ministro Gallardón
sobre la reforma de la Ley del Aborto. ¿Podría comentarnos qué piensa de tales
críticas?
- Debo decir, en
primer lugar, que no me sorprenden estas críticas, pues doy por supuesto que no
todos los que sienten el mismo aprecio por la causa de la vida que yo tienen
que ver las cosas como yo las veo. Estamos hablando de juicios prudenciales
sobre circunstancias contingentes (lo que uno dice, la credibilidad que nos
merece, la fiabilidad de su palabra, el bien que es posible y asequible, etc.)
y sobre tales cosas, personas que comparten su amor y compromiso con la vida
pueden tener opiniones distintas. El respeto que la vida merece no es
discutible, pero cómo conseguirlo es terreno en el que la libertad de cada uno
opera, y no todos los que amamos la vida tenemos por qué ver las cosas del
mismo modo. Por esta misma razón, no todos los cristianos, por ejemplo,
educamos a nuestros hijos de la misma forma ni tenemos porqué votar al mismo
partido político, aunque todos nos inspiremos en la misma visión del hombre.
En este terreno, y por
lo que a la política se refiere, me parece especialmente ilustrativa la
doctrina cristiana tal y como, por ejemplo, la expuso Benedicto XVI ante el
Bundestag alemán el 22 septiembre 2011 cuando afirmó que «el cristianismo nunca
ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento
jurídico derivado de una revelación. En cambio se ha remitido a la naturaleza y
a la razón como verdaderas fuentes del derecho», idea que también puso de
manifiesto ante el parlamento británico un año antes en Westminster cuando con
gran fuerza afirmó que el papel de la religión en el debate político no es
proporcionar las normas ni las soluciones políticas concretas sino «ayudar a
purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios
morales objetivos».
Yo doy por supuesto
que quienes me critican desde posturas provida y desde una visión cristiana de
las cosas tienen todo el derecho a hacerlo. Eso sí, me gustaría que cuando me
critican lo hiciesen desde el mismo honesto respeto a mi libertad y sin
pretender poner en duda ni mi sinceridad ni mi coherencia como cristiano o
provida.
Por último, sí quiero
dejar constancia de que me duelen especialmente las críticas que ponen en mi
boca cosas que yo jamás he dicho o infieren de mis palabras lo que no es
honesto deducir de las mismas. Y me duelen especialmente, porque quien eso hace
está siendo injusto y falta a la verdad.
- ¿Se refiere, por ejemplo, a quienes le acusan de apoyar
al PP y animar a votar a este partido al que usted estaría presentando como un
partido provida?
- Sí; así es. Yo jamás
he dicho que el PP sea un partido provida, ni jamás he animado a votar a este
partido ni a no votarle, entre otras cosas porque no es mi papel como
Presidente de Red Madre hacer tales juicios. Yo he dado una opinión sobre el
compromiso manifestado por Ruiz Gallardón en nombre del Gobierno en materia de
la Ley del Aborto, y ya he recordado esa opinión en esta misma entrevista.
Cualquiera puede coincidir o disentir de mi opinión al respecto, pero no me
parece intelectualmente honesto ni justo atribuirme juicios u opiniones
distintos de los que he expresado intentando llevar mis pronunciamientos a
debates o cuestiones distintas por interesantes que puedan ser. En todo caso,
sé que cuando uno participa en el debate público sobre cuestiones como ésta
queda sometido también a ese tipo de manipulaciones; y asumo esa carga con paz.
- También ha dado lugar a comentarios críticos su
insistencia en que no basta con señalar con el dedo a quien no nos gusta y que
a todos nos toca hacer algo por la causa de la vida. ¿Podría explicar a qué se
refiere?
- Con sumo gusto. Como
he dicho al principio de esta entrevista, creo que la defensa de la vida es uno
de los temas de nuestro tiempo, un ámbito de responsabilidad irrenunciable para
todos los que vivimos hoy por el hecho de vivir en una época en que la defensa
de la vida se ha oscurecido en la conciencia de muchos de nuestros
contemporáneos.
Por eso me parece que
la mera denuncia de lo que otros no hacen o de lo que hacen mal no es
suficiente, sino que es necesario un compromiso personal activo con la vida que
nos obliga a todos a trabajar en positivo por ella sin limitarnos a la crítica
de lo que los demás dejan de hacer. Esta consideración me parece que adquiere
aún más fuerza si tenemos en cuenta que la cultura de la muerte crece no solo
en las leyes, los parlamentos o los laboratorios sofisticados, sino también en
el día a día de las personas que nos rodean; abortan o se plantean abortar
mujeres de nuestro entorno y el de nuestros hijos, se rechaza como inadmisible
la enfermedad y el dolor entre nuestros amigos y colegas, se exalta una
concepción de la sexualidad incompatible con la vida en los ambientes en que
nos movemos todos, se generaliza una visión positiva de determinadas técnicas
de reproducción o selección genética en nuestro entorno más inmediato. Nadie
puede decir que es ajeno en su ámbito de relaciones personales o influencia a
las tentaciones intelectuales o prácticas de la cultura de la muerte.
Por eso, porque
estamos ahí, en la primera línea de fuego, todos somos responsables -en mi
opinión- de aportar nuestro granito de arena en positivo para recrear la cultura
de la vida. Y por eso mismo, defiendo que no agotamos nuestro ámbito de
responsabilidad con la crítica a terceros, sino que debemos -¡todos!- dar el
paso de hacer cosas en positivo.
Esta es mi opinión y
la línea de trabajo que seguimos en Red Madre, aunque comprendo que pueda haber
otras personas, de espíritu provida, que piensen de forma diferente.
- ¿Significa eso que todos debemos afiliarnos a Red Madre
o a un grupo provida como alguien ha podido interpretar de sus palabras?
- En absoluto. La
colaboración con esos grupos es una de las posibilidades de trabajar a favor de
la vida pero hay muchas más. Cada uno según sus habilidades y capacidades, su
tiempo, su disponibilidad y sus gustos deberá elegir cómo coadyuva a la causa
de la vida. Y yo no juzgaré a nadie nunca por lo que deja de hacer sino que
siempre alabaré a todos por lo que hacen. Es más, creo que más importante que
pertenecer, por ejemplo, a Red Madre es crear cada uno una mentalidad 'redmadre'
en su ambiente: preocuparse con cariño de quienes a su alrededor sufren o pasan
por situaciones problemáticas; ofrecer cariño, atención y ayuda a quienes a
nuestro alrededor puedan necesitarlo para no atentar contra la vida; recibir
con alegría las nuevas vidas; aceptar con normalidad la enfermedad, el declive
por edad y la muerte; etc. A veces una sonrisa, un: ¿necesitas algo?, hace más
por la vida que una gran ONG; y esa es responsabilidad de todos. A esto me
refiero cuando digo que no basta con acusar con dedo justiciero a otros, aunque
esos otros se lo puedan merecer. Y con eso tampoco estoy criticando la crítica
pues ésta también ayuda a construir la cultura de la vida. Solo estoy diciendo
que la crítica no es suficiente, en mi opinión, ante un desafío tan serio y en
el que tanto nos jugamos.
- Hasta ahora no se ha referido usted al activismo provida
en el mundo parlamentario y político. ¿No le parece importante? Algunos
critican lo que llaman el apoliticismo provida. ¿Qué piensa al respecto?
- Me parece
importantísimo el activismo provida en el mundo político, como me lo parece en
el mundo científico y en el periodístico y en el campo de la reflexión bioética
y en la preparación al matrimonio y en la educación y en el ámbito de las
organizaciones internacionales y en el de la formación religiosa y... Lo que
sucede es que yo hablo de lo que tengo más cerca y conozco un poco mejor; pero
nadie puede interpretar que el resto de ámbitos a los que yo no llego o sobre
los que no tengo especial información me parezcan menos interesantes o
relevantes.
Esta es una batalla
polifacética y omnicomprensiva en ámbitos de lo más variado, en la que cada uno
debemos implicarnos según nuestros gustos, capacidades y posibilidades. Por eso
los que trabajan en la política no deberían descalificarnos a quienes
trabajamos en otro ámbito, acusándonos de lo que usted denomina apoliticismo
provida; ni al revés. Tal actitud me parecería tan injusta como si yo criticase
a los que defienden la vida en la política o en la prensa o en la cátedra
porque a la vez no están en la sede de Red Madre atendiendo embarazadas con
problemas.
Por otra parte, pienso
que nadie tiene derecho a usar la común sintonía en la causa provida para
exigir a otros que deben apoyar sus particulares iniciativas en cualquier
campo, sea el asistencial, el del activismo social o el de la política. Quienes
tal cosa pretendiesen demostrarían escasa -y poco cristiana, dicho sea de paso- comprensión de la libertad personal.
- Última pregunta. Se ha referido usted reiteradamente a
lo largo de esta entrevista a la cultura de la vida y de la muerte. ¿Por qué?
- Son expresiones muy
utilizadas por Juan Pablo II que reflejan muy bien el problema de nuestra
época; que no es solo el de una ley o práctica social contraria a la ética de
la vida, sino el de toda una civilización que se pone al servicio de una visión
de la realidad incompatible con la dignidad y el respeto que merece el ser
humano. Por eso me parecen expresiones muy acertadas para analizar con grandeza
de espíritu y de miras el debate de la vida en nuestra época y evitar reducir
todo a pequeñas polémicas e intereses circunstanciales, sean estos personales,
políticos o intelectuales.
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