Un
testimonio más....
Y
es que cuando te quitas la venda de la ideología y del utilitarismo más
rampante, te quedas enfrentado a la realidad objetiva y cruda de lo que implica
el aborto.
Cuando
caes en la cuenta de que el precio incluye la muerte de “alguien”, el olor es tan nauseabundo que solo tapándote las
narices puedes sobrevivir.
La frase es
tremenda, dice ...
"Personalmente soy provida, y rezaré todos los días para acabar con
el aborto. Pero mi posición política es pro-choice
[pro-elección]"
...
pero desgraciadamente es la postura más frecuente entre la “buena gente” que
nos rodea, y así nos va.
De
un vídeo en YouTube próvida recogí
hace tiempo una frase que viene “al pelo” para los “personalmente próvida” como
la protagonista de nuestra historia
«Estar a favor de la
vida no salva vidas; ser miembro activo provida, sí »
Feminista... sigue
siendo
Las tres razones que convirtieron a una feminista con ambiciones
políticas en abogada provida
Actualizado 14 agosto 2013 - 0:0
ReL
Antes de convertirse en una
abogada provida, María Vitale Gallagher había trabajado como periodista en
diversos medios en papel, digitales y emisoras de radio de ámbito nacional en
Estados Unidos como la NPR (pública), la CBS o la de Associated Press.
Se consideraba (y se sigue
considerando), feminista, como ella misma explica en LifeNews, y tenía
aspiraciones políticas. En cuanto al aborto, se veía a sí misma proclamando,
durante la campaña para las elecciones a la asamblea del estado, algo
como esto: "Personalmente soy provida, y rezaré todos los días para acabar
con el aborto. Pero mi posición política es pro-choice [pro-elección]".
Es decir, abortista.
¿Por qué? Porque, a pesar de
sus once años de educación católica, explica, y habiendo nacido ya con el
aborto legalizado, "no podía imaginar Estados Unidos sin que el aborto
fuese legal": "Si el aborto no era legal, ¿tendrían las
mujeres desesperadas que practicárselo a sí mismas?".
"Y aunque nunca
consideré el aborto como algo bueno", continúa, "me parecía un mal
necesario. En cuanto a los autodenominados provida, ¿por qué tenían que
molestar a las mujeres en los alrededores de las clínicas de abortos? ¿No eran
como los predicadores callejeros que atemorizan al paseante, proclamando el
nombre de Jesús para condenar a todas las mujeres que se cruzasen en su
camino?".
La
verdad desvelada
"Pero algo curioso
sucedió", dice: "Una amiga provida me introdujo en las
literatura que describe la evolución del no nacido". Y eso lo cambió todo.
Aunque María había escrito como periodista muchas historias sobre el aborto
(incluso ganando un premio por una de ellas), "no sabía que el corazón
humano empieza a latir 24 días después de la concepción, o que a los 43 días a
se detectan ondas cerebrales, o que en el 49º día un embrión parece ya una
muñequita". "Comprendí entonces que no podía haber justificación para
el aborto", explica.
Esa fue una primera razón.
Pero hubo dos más.
Una, que empezó a detectar
"agujeros" en la argumentación abortista: "Por ejemplo, yo
siempre había pensado que los abortos tardíos sólo se realizaban en caso
de peligro para la vida de la madre. Pero leí una carta que la Federación
Nacional del Aborto escribió en 1995 a los miembros de la Cámara de
Representantes, donde decían que ese tipo de abortos los pedían ´adolescentes
muy jóvenes que no habían reconocido los signos del embarazo hasta muy tarde´.
Y leí también un estudio del Instituto Alan Guttmacher, antigua rama de
investigación de Planned Parenthood (la organización abortista más grande del
país), que indicaba que casi la mitad de las mujeres que abortaban después
de las 16 semanas era porque ´encontraban difícil arreglar las
cosas´".
Por último, supo del síndrome
postaborto y de "los efectos dañinos del aborto en las mujeres:
incremento del riesgo de abuso de sustancias, pensamientos suicidas, desórdenes
alimenticios y cáncer de pecho. Más que darle poder a las mujeres, el aborto
parecía explotarlas, conduciéndolas a un sinnúmero de problemas y sin resolver
ninguno".
Feminismo:
que las mujeres progresen, no al revés
Las convicciones feministas
de María, cuya abuela había sido sufragista, estaban entonces en entredicho,
porque si se creía en la dignidad de la mujer, "¿cómo negársela a la mujer
dentro del seno de su madre? ¿No tenían las niñas en el útero el derecho a
que las mujeres adultas lucharan por sus derechos?".
"Sigo siendo
feminista", concluye Gallagher, "pero una feminista que reconoce que
el aborto legal no es un camino para fortalecer a la mujer. Defiendo que se dé marcha
atrás en Roe vs Wade [la sentencia del Tribunal Supremo que legalizó
el aborto en Estados Unidos en 1973], precisamente para el progreso de la
mujer. Y quiero lo mejor para mi hija... y eso significa un mundo en el que la
mujer embarazada sea animada, apoyada y alabada".
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