Decía mi padre que la forma más segura de que te
tocase la lotería era comprar todos los
números o acercarte lo más posible a
ese ideal. O la viceversa, la manera
segura de asegurar el “reintegro” era pasar de jugar.
Algunos que seguramente son más listos que mi padre,
y que por eso nos gobiernan; deberían
saber que la ludopatía no se combate poniendo más tragaperras, ni que la ruleta
de los “embarazos inesperados” se puede frenar promocionando la “promiscuidad”
ni la “barra libre”.
Pues eso...
El sexo inseguro
Algún aborto habrá
evitado la píldora, pero en grandes números no son fenómenos alternativos sino
que más bien tienden a crecer juntos
08/06/2013
Jesús Domingo
Cuando en julio de 2010 entró en vigor la nueva ley
de Salud Sexual y Reproductiva, del Gobierno de Rodríguez Zapatero, se dijo a
la ciudadanía que el objetivo era reducir el número de abortos gracias a la
mejor educación sexual, a la mayor difusión de los anticonceptivos y a la venta
libre de la "píldora del día siguiente" (PDS). Con ese arsenal
anticonceptivo, el éxito estaba garantizado.
Pues si la ley tuviera un periodo de garantía,
habría que devolverla. Los datos ahora conocidos correspondientes a 2011 solo
revelan aumentos: los abortos suben un 4,5% respecto al año anterior hasta
alcanzar el récord de 118.359, lo que equivale a uno por cada cuatro nacidos
vivos; la tasa de abortos por 1.000 mujeres entre 15 y 44 años sube a 12,44, la
más alta nunca registrada; incluso el número de centros que practican abortos
aumenta también de 146 a 172, lo que parece indicar que con la nueva ley ha
habido cierta expansión del negocio.
Tampoco es extraño que las cifras marquen esta
tendencia ascendente. Si una conducta pasa de ser considerada teórico delito a
derecho, lo raro sería que disminuyera. El efecto preventivo de la PDS también
se ha revelado ilusorio. Algún aborto habrá evitado la píldora, pero en grandes
números no son fenómenos alternativos sino que más bien tienden a crecer
juntos. Los datos correspondientes a 2010 indicaban ya que la venta de la PDS
había crecido un 83%, y también en ese año volvió a aumentar el número de
abortos. Más bien da la impresión de que la fácil disponibilidad de la PDS contribuye
a aumentar las conductas de riesgo, al dar una sensación de arma de último
recurso.
Si en cualquier otro problema de salud pública se
observara tal disparidad entre objetivos y resultados, pocos dudarían de que
hubiera que cambiar de estrategia. Sin embargo, en el tema del aborto ha
imperado hasta ahora el "más de lo mismo", con la ilusoria esperanza
de que la realidad se adapte a nuestros deseos. El Gobierno de Rajoy, que viene
anunciando que va a cambiar la ley, puede encontrar en estas cifras nuevos
motivos para cargarse de razón.
Fuente:
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=26566
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