Confieso
que me endemonian la cantidad de valedores de las libertades y de derechos
humanos, que se vuelven “plañideras” cuando una foto les rompe la tranquilidad de
sus vidas (conciencias) ocupadas (distraídas) en mil nimiedades indoloras (por
anestesiadas) que les permiten vivir en su mundo de matrix preconfigurado, y políticamente correcto.
En
particular me ha resultado especialmente “enternecedora” la valoración que hace,
nuestra eurodiputada, Doña Elena Valenciano en el digital http://internacional.elpais.com/internacional/,
para muestra... “un botón”:
…Todos hemos visto esa imagen insoportable: un niño de tres o cuatro años boca abajo en la orilla de una playa, la cabecita ladeada sobre la arena como cuando los pequeños están cansados y buscan dormir, arrullados por el ritmo de un corazón y cobijados en el mejor refugio del mundo: el seno materno.
…Nadie podrá borrar de
nuestra retina y de nuestra historia la foto del pequeño sirio ni tampoco la
terrible certeza de que podíamos haberla evitado.
Deseo
vivamente que estemos ante una “reacción
sincera” frente a esa “imagen” que yo califico de “crónica de la vileza y cobardía a la que es capaz de llegar el ser
humano” y que doña Elena dice “insoportable”.
Permítanme
disentir… lo verdaderamente insoportable, y hasta nauseabundo, no es la imagen…,
sí lo son, las causas que traen “a
consecuencia” esa imagen… la vileza
y la avaricia de mafiosos manipuladores del dolor y la miseria humanas en
beneficio propio.
Y,
también, las muchas inacciones y
cobardías para denunciar (y atajar) lo que nos parecen amenazas a un estado
de bienestar, que contrasta brutalmente con la realidad que denuncian muchas “imágenes”.
Tan
vivo es mi deseo de la sinceridad de doña Elena, que le compro (en toda su
literalidad) su valoración « como cuando los
pequeños están cansados y buscan dormir, arrullados por el ritmo de un corazón
y cobijados en el mejor refugio del mundo: el seno materno » para atraer a su consideración y a
la tuya, querido lector, ante lo que quieren denunciar "imagenes" (frecuentemente censuradas) como la que se muestra terminando este breve escrito. Tanto en una como en otra, las víctimas fueron arrancadas injusta y brutalmente de esta vida.
No
creo que pueda existir un ser humano (capaz de sentirse como tal) al que no se le “rompan
las entrañas” ante cualquiera de las dos imágenes que ilustran este post. Y creo que también, respecto de lo que representa la segunda imagen, trae causa en la vileza
y la avaricia de mafiosos manipuladores del dolor y la miseria humanas en
beneficio propio.
No
hay derecho, alguno, que pueda llamarse humano, capaz de justificar que puedan
ocurrir (suceder) situaciones como las que denuncian cualquiera de estas dos imágenes.
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