lunes, 16 de marzo de 2015

Madrid 14 M - en blanco y gris

             El sábado se llenó, de nuevo, Madrid con gritos y consignas en defensa de la vida. Una nueva convocatoria con el lema “por la vida, la mujer y la maternidad” y porque “cada vida importa”, que congregó a cientos de miles de manifestantes de todos los rincones de España. Jaén también estuvo de nuevo.
             Fue un día que viví en claroscuro. Un día emocionante, lleno de sensaciones fuertes y fortalecedoras, lleno de calor amigo y ausencias queridas; toda una amalgama de sabores fuertes que procuré paladear largamente tratando de disimular la pena (desazón) por los que no estaban.
             Me faltaban muchos, unos que no pudieron y otros que no quisieron…, pero no me sobraba nadie. Nos dimos un banquete de sana lucha por la vida y compartimos los sentimientos de quienes, desde el escenario, vertían  testimonios y vivencias, algunos “duros” y hasta “dolorosos”, pero que pudieron superarse por la cercanía del “hermano”.  Afianzamos nuestra fe en “la grandeza” del ser humano, capaz de enternecerse y condolerse, de abajarse para levantar a otro. Y..., al final..., a casa con las pilas bien cargadas.
             Pero no todo se quedó en el campo de las sensaciones. Naturalmente que se lanzaron consignas, denuncias hacia quienes pudiendo, y debiendo, hacerlo, permiten que una ley inicua siga vigente. Sin dolernos prendas, todos se llevaron lo suyo, y hasta al Constitucional le gritamos, en silencio, un atronador “basta ya”,   ...de cinco larguísimos años sin dar a luz “ni tan siquiera un ratón”.
             La defensa de la vida, dista mucho de ser  una cuestión “política”, pero se apuntala desde la política y por los políticos; por eso, apelar a la responsabilidad del voto estuvo en el programa. Ninguna opción es perfecta, pero, desde nuestra responsabilidad de votante,  debemos priorizar,  trazar líneas rojas,  subrayar lo “irrenunciable”,  y...  naturalmente hacerle saber a quién nos pide nuestro voto...   cuál es la contrapartida que esperamos.
             Y como siempre... para terminar, os dejo la parte de reportaje gráfico que, como ya sabemos, vale más que mil palabras. 


             ¿Nos vemos la próxima?

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