viernes, 19 de noviembre de 2010

Tras imponer al aborto, el Gobierno abre el camino a la eutanasia

Negado el valor de la vida en su inicio y disfrazando este primer paso a la eutanasia, el Gobierno ya anuncia que aprobará en marzo, sin debate ni consenso alguno, una ley de 'muerte digna' en 'casos terminales', dice, aunque usa el sufrimiento como argumento.
REDACCIÓN HO / EP.- El terrible pero esperado paso después de defender el 'derecho a mtar' al inicio de la vida, -nada impide pues en esta ideología el hacerlo cuando se acerca el final de la vida humana-, ha sido anunciado por Alfredo Pérez Rubalcaba: el Gobierno va a aprobar el próximo mes de marzo lo que recurriendo al eufemismo, como en el caso del aborto, llama una Ley de Cuidados Paliativos y Muerte Digna, en realidad el primer paso para legalizar la eutanasia en España; pese a que el portavoz del Ejecutivo y omnipresente vicepresidente ha tratado de negarlo tras el consejo de ministros, y a la espera de poder conocer el contenido de una ley que dado que se anuncia su aprobación debe estar más que redactada, las palabras con las que el ministro ha acompañado el anuncio nos hacen creer que, nuevamente, el Gobierno miente. Y lo hace descartando el debate y el consenso, en unos momentos en los que intenta a la desesperada encontrar votos, acertando sólo a arrimarse a sus bases más radicales y sirviendo a intereses más que minoritarios, residuales, de nuestra sociedad.
Según Rubalcaba, se trata de una ley "para garantizar los derechos de los pacientes en situación terminal, no es una ley de eutanasia". Todo un disfraz, cuando los derechos del paciente están perfectamente descritos en la Ley, y si algo hay que garantizar de cara a una muerte digna son los cuidados paliativos.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rubalcaba ha explicado que es una ley a la que "dan mucha importancia" ya que permitirá a cualquier ciudadano "tener el derecho a morir dignamente, que es tanto como decir morir sin dolor cuando la ciencia médica permite que así sea". No conocemos el contenido, pero por lo pronto lo que se describe como un derecho es la muerte, no la vida. No el derecho a una vida digna hasta el final, siendo parte de ese final la enfermedad.
Además, siguindo por la senda de la emotividad, ha señalado que "todo el mundo puede entender esta ley" porque "casi todo el mundo ha tenido alguna situación de la naturaleza que va a regular". "Se produce cuando alguien en el pasillo de un hospital recibe a un médico que le dice que un familiar, su madre, su hermano o su mujer, está muy mal, que se muere irremediablemente, y lo que es peor, nos tememos que lo va a pasar muy mal de aquí a que se muera, va a sufrir, y el familiar le dice al médico si no lo podemos evitarlo", ha explicado Rubalcaba. Démonos cuenta de que habla el ministro de sufrimiento, algo que forma parte de la vida y que en ningún caso puede justificar el acabar con una vida, no de ensañamiento terapéutico, matiz fundamental de cara a marcar distancias con la eutanasia..
El vicepresidente primero del Gobierno ha asegurado que la nueva ley garantizará los derechos del paciente "por supuesto", pero también los de los familiares y los médicos, insistiendo en diferenciar estas situaciones de la eutanasia porque ésta "es una decisión de alguien que sencillamente por la razón que quiera decide morirse". No sabemos, pues, si finalmente primarán los derechos del paciente o los de los familiares, o si la decisión recaerá en el médico: pero las palabras de Rubalcaba poniendo a todos ellos en el mismo plano ya son de por sí muy reveladoras.
"Hoy la medicina tiene mecanismos para que la muerte que es inevitable se produzca dignamente, es decir sin sufrimiento y sin dolor para el paciente y sus familiares", ha explicado.
Además, ha explicado que la regulación será similar a la de muchos países de Europa, "sin ir más lejos en Francia", donde "tiene una excelente regulación" que "no tiene nada que ver con la eutanasia".

Ciao.

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