Se habla mucho de la "cultura de la vida" pero hemos podido comprobar en varios encuentros que hemos tenido con muchas personas, que la mayoría no sabía muy bien de qué estábamos hablando y que como movimiento Pro Vida estábamos defendiendo. Hoy me ha parecido oportuno aclarar un poco para esas personas que no lo tienen muy claro, qué es y qué abarca formar parte de este gran movimiento y de los fines que él tiene.
La expresión "cultura de la vida" se refiere a una perspectiva moral y ética que valora y defiende la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Este concepto promueve el respeto por la dignidad intrínseca de cada persona y se opone a prácticas que considera destructivas para la vida humana, como el aborto, la eutanasia, la investigación con células madre embrionarias y ciertos métodos anticonceptivos.
El término fue popularizado por el Papa Juan Pablo II, especialmente en su encíclica "Evangelium Vitae" de 1995, donde aborda el valor y la inviolabilidad de la vida humana. En este documento, el Papa contrasta la "cultura de la vida" con la "cultura de la muerte", refiriéndose a tendencias y prácticas que, según su visión, desvalorizan la vida humana.
Desde esta perspectiva, una "cultura de la vida" se manifiesta en una sociedad que protege los derechos inalienables de todos los seres humanos y promueve valores como la solidaridad, el amor y el respeto mutuo. Esta visión se refleja en diversas áreas, incluyendo el arte, la música, la literatura y los medios de comunicación, buscando crear un entorno que celebre y defienda la vida en todas sus formas.
Además, algunas organizaciones respaldan políticas públicas que promueven una cultura de la vida y se oponen a esfuerzos legislativos que consideran contrarios a este principio, como aquellos que promueven el aborto.
En resumen, la "cultura de la vida" es una filosofía que aboga por la protección y promoción de la vida humana en todas sus etapas, fundamentada en valores éticos y morales que buscan construir una sociedad más justa y respetuosa de la dignidad humana.