jueves, 29 de octubre de 2015

Nuestro Cartel de Invitación



Queridos amigos: Por medio de este Cartel, os invitamos a todos a acompañarnos el próximo día 15 de Noviembre en la Plaza de santa María de Jaén, en la Concentración por la Vida, que todos los voluntarios de Derecho a Vivir Jaén vamos a hacer.

¿Qué vamos a pedir? Como os comentábamos en el post anterior, solo vamos a pedir al Tribunal Constitucional y a todos los los políticos y sanitarios y sociedad en general "QUE SE RESPETEN DE UNA VEZ, LA VIDA DE LOS NO NACIDOS" tal y como dice el Artículo 15 de nuestra Constitución.

El feto en formación en el vientre materno, tiene todos los derechos y su vida debe ser respetada. Nadie tiene el derecho ni la autoridad para decidir qué persona debe vivir o no. Ni tan siquiera su madre está autorizada a decidir si lo mata o no. La madre es simple portadora de ese ser que se ha gestado en su vientre, pero nada más. En ese seno materno, el feto estará nueve meses, pero a partir de entonces, será una persona independiente en todo.

Porque pensamos que defender la VIDA DEL NO NACIDO y porque queremos ser SU VOZ, os esperamos el Domingo 15 de Noviembre durante toda la mañana en la Plaza de Santa María de Jaén. De 13,30 a 14 horas, leeremos una Manifiesto en compañía de todos nuestros amigos.

Es muy importante para nosotros, ver que la sociedad de Jaén prefiere y apoya la cultura de la vida y no de la muerte, es por eso que os invitamos a compartir con nosotros esta jornada festiva en apoyo de la VIDA en su más amplio sentido.

Os esperamos. Muchas gracias.


miércoles, 28 de octubre de 2015

El próximo 15 de Noviembre tenemos una cita en Jaén


Derecho a Vivir Jaén, os invita a todos los jiennenses a acompañarnos en la Concentración que tendremos en próximo 15 de Noviembre en la Plaza de Santa María de 13,30 a 14 horas, para pedir al Tribunal Constitucional y al resto de nuestros dirigentes políticos que respeten el artículo 15 de nuestra Constitución que dice:

-  El derecho a la vida, reconocido y garantizado en el art. 15 de la Constitución, es la proyección de un valor superior del ordenamiento jurídico constitucional -la vida humana- y constituye el derecho fundamental esencial sin el que los restantes derechos no tendrían existencia posible.

- La Constitución no puede desproteger la vida humana en aquella etapa de su proceso que es un momento del desarrollo de la vida misma.

- La vida del nasciturus, en cuanto éste encarna un valor fundamental constituye un bien jurídico cuya protección encuentra en dicho precepto fundamento constitucional.

- Los derechos de la mujer no pueden tener primacía absoluta sobre la vida del nasciturus.

- El Estado tiene la obligación de garantizar la vida, incluida la del nasciturus mediante un sistema legal que suponga una protección efectiva de la misma.

- En la medida en que se avance en la ejecución de la política preventiva y en la generalización e intensidad de las prestaciones asistenciales que son inherentes al Estado social, se contribuirá de modo decisivo a evitar la situación que está en la base de la despenalización (aborto eugenésico).


¡Os esperamos a todos! Gracias.

lunes, 19 de octubre de 2015

La " EUTANASIA" que viene


               Este es momento propicio para los que acostumbran a querernos vender sus ideas utilitaristas y de descarte/selección. El triste caso de la niña Andrea fue, y esta siendo, utilizado por quienes propenden una ley de eutanasia para nuestro país. Lo venden disfrazado de mil colores, para dulcificar lo que realmente es, una muerte adelantada para ahorrar inconvenientes molestos y costosos… pero que llaman “muerte digna”.
               De esto, ya me ocupé el pasado día 2 cuando me preguntaba ¿Qué hay de digno o compasivo en dejar morir de inanición y sed?  Pero hoy quiero traeros un artículo interesante y muy clarito, que nos habla de realidades, desgraciadamente nada lejanas, que pueden ser nuestro mañana, a menos que reaccionemos enfrentándolo.
               ¡Para no perdérselo!
España no es país para viejos … ni para “improductivos”. Una reflexión de Teresa García-Noblejas
18/10/2015
               El triste caso de la niña Andrea ha sido utilizado por el PSOE y los partidarios de la eutanasia (la multinacional que defiende la llamada “muerte digna”) para incluir esta práctica contra la vida humana en el debate social y en la agenda política.
               Con el título de este artículo quiero hacer visible que la mentalidad que subyace tras la eutanasia no es otra que la “cultura del descarte” a la que el Papa Francisco se ha referido en numerosas ocasiones.
               Los argumentos para descartar personas mediante la eutanasia se pueden revestir de muchas maneras:
  • Si no produces y generas gastos mejor ponemos fin a esta situación. Este razonamiento no se hace en público pero subyace tras algunas políticas presupuestarias, públicas y privadas y quien sabe si en no pocas decisiones personales.
  • Falsa compasión. Se traduce en “no puedo verlo así”, “me da muchísima pena”, “para estar así, mejor no vivir”. Ciertamente, a nadie le gusta palpar el propio deterioro físico y mental o el de sus seres queridos. Pero lo que subyace en estas actitudes es el desánimo, la sensación de abandono y un estado depresivo. En definitiva, se demanda atención, compañía y cariño. Y si no se tiene, naturalmente…. se desea morir. Pero si se tiene cercanía de otros y se atenúa el dolor, la situación cambia.
  • Liberación” de una carga. Terriblemente, personas mayores, enfermos y discapacitados o personas accidentadas piden que se les ayude a morir, en realidad a suicidarse. Es el caso de Ramón Sampedro, convenientemente contado para publicitar la eutanasia en la película Mar adentro. Hay que recordar en este punto la injusticia y el egoísmo que implica querer quitarse de en medio cuando hay personas que te quieren y te cuidan. Otra cosa es que el enfermo, anciano o discapacitado se sienta abandonado o le recordemos constantemente, con palabras o gestos, que es una carga para nosotros. Entonces evidentemente le estamos abocando a una depresión y por tanto a desear la muerte para dejar de serlo.
               Con estos argumentos, no es que España no sea país para viejos. Es que a todos nos trasladarán de barrio antes de que nos llegue la hora.
               Otro día hablaremos de las diferencias entre eutanasia, sedación y encarnizamiento terapéutico, conceptos que conviene aclarar.
Teresa García-Noblejas


sábado, 17 de octubre de 2015

La 'Santa Compaña' y los jueces



            En la mitología de mi tierra gallega, son frecuentes leyendas de muertos procesionando, o de almas en pena. Una especialmente conocida es la de “La Santa Compaña” una procesión de muertos, o de ánimas en pena, que a partir de las doce de la noche pasean errantes por los caminos de una parroquia o pueblo.  Cuentan que, en su recorrido, visitan casas en las que en breve morirá alguien.
            No se cuentan, en las crónicas, casos de abducciones sobre personas o colectivos; pero “algo” puede estar pasando, porque pareciera que parte de la judicatura pudiera estar en tal trance. En solo unos pocos días, hemos visto a jueces decidiendo por la vida de seres especialmente débiles, tanto que no tenían posibilidad de defenderse, y que, en aras del eufemísticamente llamado “mejor bien del menor”, se les arrancó la vida. El caso de la nena Andrea, de Santiago de Compostela; y la criaturita de la niña de 15 años, de Vigo, que encontró en “la compaña” judicial, el amparo para evitarles un nieto a (sus) unos padres díscolos.
            Si yo no me he vuelto loco, en los dos casos, el supuesto “mejor bien del menor”  fue, precisamente, la muerte provocada “del menor” de los seres afectados por el “fallo judicial”.
            Termino con la imagen que ya utilicé en el post del pasado día 2;   para,  con ella,  lanzar una pregunta al aire…


            La presunción legal de vida del "ser que ya (o todavía) es"...,  siempre ha de presumirse absoluta (o iuris et de iure).



viernes, 9 de octubre de 2015

¿Para cuándo? ….un ''Día Mundial contra las Muertes Injustas''


Mañana se conmemora el Día Mundial contra la Pena de Muerte, y no puedo menos que pensar en todas esas muertes que, a falta de pena que achacarles, se justifican en aras de utilitarismos y relativismos que emboscan intencionalidades bastardas.
            Escribía hace unos días que
la muerte provocada, no solo es indigna, porque quiebra la dignidad que le asiste a la víctima, es también inhumana; y esa es mi razón por la que estoy en contra de la “pena de muerte” [ninguna pena humanamente juzgada merece quitar una vida] y, por extensión, contrario a cualquier tipo de muerte provocada.”
            Trataré de haceros ver que, con los mismos argumentos utilizados para defender que la pena de muerte es contraria a los derechos humanos; puede defenderse, también, que  las muertes por aborto o por cualquier tipo de componenda pseudocompasiva no caben en una civilizada interpretación de los derechos humanos.
            Como punto de partida, utilizaré el argumentario que Amnistía Internacional publicó en el documento “LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE A LA PENA DE MUERTE. ¿Por qué abolir la pena capital?
Véanlo, si no…

Dicen…
Podrían decir…
Ha llegado el momento de abolir la pena de muerte en todo el mundo.
Es tiempo ya de acabar con las muertes injustas, por aborto, por eutanasia, o por eugenesia en todo el mundo.
La causa en pro de la abolición se vuelve más apremiante cada año que pasa.
El imparable incremento del nº de abortos y muertes por descarte, año tras año, hace apremiante la causa pro-abolición.
En todas partes la experiencia muestra que las ejecuciones embrutecen a quienes participan en ellas.
En todas partes la experiencia muestra que las muertes por aborto o por descarte embrutecen e insensibilizan a quienes participan en ellas.
No hay ningún lugar en el que se haya demostrado que la pena de muerte posea una eficacia especial a la hora de reducir la delincuencia o la violencia política.
No hay ningún lugar en el que se haya demostrado que legislar a favor del aborto, la eutanasia o la eugenesia posea una eficacia especial a la hora de reducir sus números, o alguno de los problemas que dicen intentar resolver.
Su aplicación, en país tras país, recae desproporcionadamente sobre los pobres o las minorías raciales o étnicas.
Su aplicación, en país tras país, recae sobre los seres más indefensos en quienes pueda pensarse. Afectando especialmente a los pobres y desarraigados, o a las minorías raciales o étnicas.
Con frecuencia se utiliza como instrumento de represión política.
Con frecuencia se utiliza como instrumento de reivindicación ideológica y de represión (exclusión) de los disidentes.
Se impone y se ejecuta de manera arbitraria.
Se impone y se ejecuta de manera arbitraria (amparada por ley), sin necesidad de alegar razón alguna especialmente en los primeros días de la vida.
Es un castigo irrevocable que, inevitablemente, puede dar lugar a la ejecución de personas completamente inocentes.
Es un acto irrevocable que, inevitablemente, da lugar a la muerte de seres completamente inocentes.
Además, la pena capital viola los derechos humanos fundamentales.
Además, la muerte provocada, aun sin razón de pena, viola derechos (a la vida) humanos fundamentales.

            Tal cuál, es y parece, nuestra realidad a día de hoy. La cotidianeidad, el dejar estar las cosas, el no buscarse problemas, la incongruencia de nuestras fuerzas políticas mantienen una situación de absoluta esquizofrenia.
            Mientras se hacen “votos” y actos para defender la abolición de la pena de muerte, se legisla a favor  disponer de la vida de “otros” para salvaguardar nuestras “miserias y comodidades”

       Para terminar, algún botón de muestra:
  1. En un mismo día, miércoles 24 de febrero de 2010, un presidente de gobierno Sr José Luis Rodríguez Zapatero defiende en Ginebra que “Nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano, absolutamente nadie. Trabajemos por esta causa. Me tienen a su disposición” mientras casi a la misma hora sus senadores recaban apoyos para aprobar una ley que consagra como un derecho el disponer “a libre arbitrio” de la vida del hijo que habita en el “seno” de su madre.
  2. El gobierno del partido que acompañó las multitudinarias manifestaciones a favor de la defensa de la vida, que cuestionó ante el Constitucional la injusta ley que padecemos desde el 2010, que nos pidió el voto para derogarla/modificarla. Pese a la incuestionable inmensa mayoría obtenida y tras cuatro años “mareando la perdiz” decide que “lo sensato” es que sigan muriendo inocentes por cientos de miles esperando un “consenso” que sabe imposible.
  3. Un Tribunal constitucional que ya acumula cinco años sin pronunciarse si lo que dijo en 1985 respecto a la vida del nasciturus… vale para la ley del 2010 que tiene recurrida y pendiente “ad calendas graecas” de resolver.
            Acabo con un recuerdo a Andrea Lago Ordóñez, la niña gallega de 12 años que hoy a las 12:00 ha muerto, después de cuatro días de que le fuera retirado el soporte alimenticio e hídrico, buscando lo que eufemísticamente se empeñan en llamar muerte digna. Mañana  Día Mundial contra la Pena de Muerte... ¡Que macabra coincidencia!
            Mi recuerdo y oración para ella.


viernes, 2 de octubre de 2015

¿Qué hay de digno o compasivo en dejar morir de inanición y sed?


               Una muerte provocada, no solo es indigna, porque quiebra la dignidad que le asiste a la víctima, es también inhumana; y esa es la razón por la que estoy en contra de la “pena de muerte” [ninguna pena humanamente juzgada merece quitar una vida] y, por extensión, contrario a cualquier tipo de muerte provocada.
               Alguien debería explicarme que tiene de digno “adelantar” la caducidad de la dignidad que se ostenta mientras se vive.
               Ante la propia muerte, cualquier “ser humano” se cuestiona (y angustia) buscando un “sentido” a su situación y un “asidero de esperanza” donde refugiar el temor a lo desconocido que se le viene encima.
               La única “muerte digna” nunca puede ser provocada o adelantada, más bien es la que le sobreviene a quien en el trance de su natural proceso agónico resulta ayudado desde el afecto, el cariño y el amor de los suyos; y de todos cuantos cuidadores, sanitarios o no, se afanan en hacerle transitar en paz y calma los últimos instantes de su existencia.