martes, 21 de enero de 2014

CARTA ABIERTA AL FILÓSOFO FRANCISCO JAVIER SÁDABA GARAY


De nuestro compañero el delegado de Derecho a Vivir Lebrija José Antonio Barragán, a propósito del artículo “Hechos y Derechos”  que publicaba el País el pasado 30 de diciembre. 

SR. DON FRANCISCO JAVIER SÁDABA GARAY 
Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid
 
Lebrija (Sevilla), a 20 de Enero de 2014
 
"El hecho de que tras la fecundación comienza una nueva vida humana,
no es materia opinable, es una evidencia científica."
Jerome Lejeune, Descubridor de las causas del síndrome de Down.
 
 
Estimado Sr. filósofo, columnista del Diario El País, y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Don Francisco Javier Sádaba Garay:
 
El pasado 30 de Diciembre de 2013, escribió usted un artículo en el Diario El País, titulado “Hechos y Derechos” en el que realiza usted una dura crítica al anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada, presentado días antes por el Ministro de Justicia Don Alberto Ruiz Gallardón. Dicho artículo se puede leer en el siguiente enlace de internet:
http://elpais.com/elpais/2013/12/29/opinion/1388347780_483490.html
 
En dicho artículo, cuestiona usted que el nasciturus sea un ser humano digno de protección jurídica, plantea usted que el Gobierno del Partido Popular legisla movido por la presiones que recibe de la Iglesia Católica, e incluso cuestiona usted los motivos que llevan a la Iglesia a convertirse en defensora de la vida humana de los más débiles e indefensos como son los concebidos y aún no nacido, defendiendo usted la “cultura del descarte” y la “cultura de la muerte”, y realizando para ello afirmaciones falsas que en modo alguno pueden quedar sin respuesta.
 
Parece mentira y realmente resulta absolutamente increíble y asombroso, que alguien de la talla intelectual de usted, haya podido decir en tan pocas líneas tal cantidad de monumentales disparates, que no se sostienen en pié ni cinco minutos. Le aseguro que si no fuera, porque considero que es usted un gran intelectual, con un brillante currículum académico y profesional, ni tan siquiera me tomaría la molestia de escribirle esta carta. Pero dado que ha sido usted profesor de varias universidades del mundo, como Tübingen (Alemania), Columbia (Nueva York), Oxford y Cambridge (Reino Unido) y además es usted: licenciado en Filosofía y Letras (sección filosofía) por la Universidad Pontificia de Salamanca, licenciado en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma y en Filosofía y Letras (sección filosofía) por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Filosofía y Letras (sección filosofía), por la Universidad Autónoma de Madrid, universidad por la que consiguió el premio extraordinario a su doctorado por la tesis titulada: El concepto de filosofía en Ludwig Wittgenstein y su aplicación al lenguaje religioso; considero que merece la pena entablar un debate sereno y sosegado con usted, para rebatirle todas las afirmaciones erróneas que formula usted en dicho artículo, y de camino aclararle algunos conceptos básicos, aunque yo no sea más, que un humilde ciudadano de un pueblo del sur de España.
 
Que algunos politicuchos y cantamañanas de este país, hagan apología del aborto por un puñado de votos, con argumentos más frágiles que una caña de bambú, casi lo puedo entender, porque entre otras cosas, de esos votos puede depender el sillón en el que se sientan y que les permite comer cada día, y que si lo perdieran, tendrían que hacer cola en el INEM. Pero, me cuesta más trabajo entender, que un gran filósofo y profesor universitario de prestigio internacional como es usted, haga apología de la eliminación con impunidad de seres humanos inocentes e indefensos en el seno de su madre, y para ello hable usted de biología incluso de Derecho, campos en los que permítame que le diga necesita usted algún curso intensivo, aunque sea en una Universidad de Verano. No dudo que tenga usted grandes conocimientos sobre la filosofía, disciplina muy enriquecedora para la mente, y para el alma, salvo excepciones, pero lo que es en conocimientos científicos de medicina y biología y en conocimientos jurídicos, déjeme decirle que sus conocimientos dejan mucho que desear.
 
Entremos a analizar y comentar con detenimiento su lamentable y patético artículo.
 
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo ya no me sorprendo de las payasadas que dice el señor Sádaba; una persona cargada de prejuicios que desprecia a quien no opina como él y utiliza argumentos totalitarios. Lamentable.