Desde www.latribunadetoledo.es
traigo hoy una entrevista a la
Presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, que nos cuenta “muy
clarito” como está la situación. De dónde venimos, dónde estamos, y a lo que
debemos aspirar.
«Una sociedad es más
civilizada en la medida que sea capaz de proteger a los más débiles»
j.guayerbas - lunes, 13 de enero de
2014
La actualidad viene marcada por la polémica que ha generado la reforma
de la Ley del Aborto liderada por el ministro de Justicia, Alberto
Ruiz-Gallardón.
¿Apoyan desde la
institución que representa las restricciones incluidas por el Gobierno en el
texto?
Entrevista
a Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones
Provida
|
No es la ley que nos gustaría, porque el anteproyecto no asegura el
derecho a la vida de todos y en toda circunstancia y lamentamos el tiempo que
se ha perdido, pues el precio son vidas humanas irrecuperables. Pero en
el anteproyecto de la nueva ley hay muchos puntos positivos que suponen un
cambio cualitativo importante. El fundamental es que elimina la aberración de
considerar un derecho al acto profundamente injusto y cruel como es el aborto,
y que trataba de disfrazarlo como algo trivial y como un acto de libertad,
cuando supone la muerte violenta del no nacido y un daño profundo a todos los
niveles para sus madres y para muchas más personas afectadas. Otro
punto muy bueno es el reconocimiento del derecho a la vida de
personas que tengan alguna enfermedad conocida antes del parto. Porque las
personas con discapacidad tienen los mismos derechos que el resto de
las personas y el Estado tiene obligación de reconocérselos. Una sociedad
es más civilizada en la medida que sea capaz de proteger a los más débiles que
no por eso son menos valiosos. Este paso es un avance histórico porque supone
eliminar la ley vigente, una ley eugenésica por la que España ha sido
amonestada ya que incumple el Convenio de Naciones Unidas sobre derechos de las
personas con discapacidad.
¿Qué esperan así
de la nueva Ley?
Además de acabar con la normalización del aborto como si se tratara de
algo sin importancia, esperamos que recoja tanto medidas de apoyo a la embazada
en dificultades como para tratar las secuelas de quienes han participado en
un aborto provocado. Vemos muy positivo que la objeción de conciencia del
personal sanitario quede asegurada en la ley y trabajaremos para que
recoja medidas de apoyo a las embarazadas y para la curación de los trastornos
postaborto.
Parece que la reforma no es una cuestión de ideologías, pues en el
propio partido del Gobierno hay voces discordantes con la reforma de la Ley. ¿Es esto un
síntoma que advierte de que es la Ley más restrictiva de la democracia?
El aborto no debería ser una cuestión ideológica, debería ser unánime
el reconocimiento del derecho a la vida por parte de todos. No se discuten el
resto de los derechos, se lucha por asegurarlos. Y la expresión de ‘ley
restrictiva’ parece negativa cuando en realidad restringir el aborto la
convierte en progreso y en la ley más avanzada de la democracia, aunque esté aún
muy lejos de lo que debería ser. El tema del aborto es incómodo, porque no
olvidemos que hay dos millones declarados desde que en el año 85 entró en vigor
la primera ley y eso implica muchas personas afectadas. Es raro que alguien no
tenga muy cerca a quien ha intervenido de una u otra forma en un aborto. Aparte
la normalización que se ha introducido poco a poco hace que se den por
buenos tópicos que no resisten un análisis serio y que presentan el aborto
como solución o como una opción igual de válida que el embarazo. Esto ha ido
calando también en la clase política. Pero le aseguro que quien profundice un
poco en el tema, sin prejuicios, no queda indiferente y se posiciona a favor de
acabar con él. A los dirigentes del Partido Popular, como partido en el Gobierno,
pero también al resto de fuerzas políticas, les diría que no pierdan
la oportunidad histórica de salir de una etapa oscura en la que se ha
aceptado como natural y se ha disfrazado de derecho un acto injusto y cruel
como el aborto, que conozcan a fondo la realidad y aprovechen su paso en
política para construir una cultura de la vida cuyos frutos llegarán más allá
de su mandato y que repercutirá, sin duda alguna, en el bien de todos.
Si nos remontamos al 2010 la Ley está recurrida por el Partido Popular
ante el Constitucional, pero este aún no ha dictaminado. ¿La legislación socialista atenta contra la
Constitución?
Estamos convencidos de ello. De hecho, en vísperas de la promulgación
de la ley de 2010, la Federación que represento junto con más de 60 entidades
se concentró ante el Tribunal Constitucional para pedir la suspensión cautelar
de la ley hasta que dictaminase sobre el recurso de inconstitucionalidad
presentado por el PP y por la asociación de discapacitados CERMI y el centro
jurídico Tomás Moro. Pedimos la suspensión cautelar de la ley porque en
caso de declararse inconstitucional los efectos serían irreversibles ya que no
podrían recuperarse las vidas humanas eliminadas. No entendimos el rechazo a
esa suspensión cautelar, como no entendemos que más de 3 años después, aún no
se haya pronunciado al respecto el Tribunal Constitucional. No puede ser
constitucional una ley de plazos, es decir, una ley que permite abortar
libremente sólo con el deseo de la mujer, sin alegar causa alguna, durante un
número determinado de semanas, porque el no nacido queda totalmente privado de
sus derechos. No puede ser constitucional una ley que legitima la
discriminación de un grupo de seres humanos a causa de su
discapacidad. No puede ser constitucional un supuesto derecho que está en
colisión con otro. Si existe el derecho a la vida, no puede existir el derecho
a quitarla, por propia coherencia de principios. Además de estar en
contradicción, el aborto está incluido en la cartera básica de servicios,
no hay lista de espera y es gratuito, pagado con el dinero de todos y además
con una impunidad total por parte de los centros abortistas, a pesar de que sus
prácticas y condiciones tienen muchos puntos oscuros.
Este fin de semana ha participado en las II Jornadas de Pastoral bajo
el título ‘Testigos del Evangelio de la Vida’. ¿Está la defensa de la vida ligada con las
creencias religiosas?
No está ligada aunque para las personas creyentes haya un argumento
más, en razón de su fe, para defenderla. Yo he sido invitada a intervenir en
estas jornadas y agradezco la oportunidad de poder hablar de la cultura de
la vida. Pero la defensa de la vida y la dignidad de las personas no es
una cuestión religiosa, aunque a los abortistas les encante desviar por ahí el
tema para no enfrentarse al fondo de la cuestión. Y porque en el relativismo
moral que se ha ido introduciendo algunos pretenden descalificar al creyente,
invalidar su capacidad de pensar y actuar objetivamente. De esa forma quieren
convertir el bien objetivo del derecho a la vida en algo opinable y en algo que
no tiene nada que ver con los no creyentes. La Iglesia Católica ha defendido
siempre la vida humana, no sólo de palabra, sino con distintas iniciativas y
atención directa en muchas situaciones difíciles, así como en la ayuda para
superar las consecuencias del aborto provocado.
Por lo tanto, ¿considera que la vida está expuesta a una desprotección
y que la Ley necesita actuar en defensa de la misma?
Sí, la vida humana está desprotegida sobre todo en los momentos de más
vulnerabilidad, antes de nacer y al final de la vida y también cuando las
personas tienen alguna discapacidad o son ancianas. La ley, que tiene un
profundo valor educativo, debe asegurar su protección. También es fundamental
crear, a través de los medios de comunicación y por todas las vías posibles un
ambiente que valore cada nueva vida, que ayude a las madres embarazadas y a la
familia, que ante situaciones especiales se busquen soluciones especiales, que
desarrolle la medicina avanzada al servicio de la vida humana y nunca en su
contra. Pues la ley sola, no es suficiente. En esto todos somos responsables
porque cada uno puede hacer mucho en el trato personal y ante los problemas
cercanos que se le planteen.
Siempre ha apostado por abrir un debate serio sobre el aborto y
actualizar la Ley de 1985 que desencadenó en el texto actual del 2010. ¿Sabe la
sociedad toda la verdad del aborto?
Hay mucha ignorancia sobre el tema y la ignorancia nos hace
vulnerables y eso interesa a la cultura de la muerte. Posiblemente muchas de
las personas que defienden el aborto no han visto en qué consiste el
procedimiento crudelísimo de arrancar a un hijo de las entrañas de su madre.
Dudo mucho que, si son capaces de mantener la mirada, puedan defender después
que eso es un derecho o un acto de libertad. Muchos no sabrán que el
aborto no es un procedimiento inocuo porque siempre lo presentan como
‘salvador’ de problemas y, sin embargo, los propios abortistas en sus
congresos, en los que a veces matan a decenas de no nacidos, para enseñar cómo
se practica, hablan de complicaciones físicas leves, graves y muy graves,
incluso la muerte de las mujeres, y cómo actuar ante ello. Y si la mujer está
enferma o es adolescente, los efectos del aborto provocado pueden ser más
graves. Quizá muchas personas no han visto a las mujeres derrumbarse y sufrir
en silencio las pesadillas, dolor, depresiones y conductas complicadas como
consecuencia de una decisión irreversible que tomaron a menudo con
precipitación y mal asesoradas. Es necesario informar que existen eficaces
asociaciones provida que ayudan a los padres a sacar adelante la vida de sus
hijos y que no están solos y dar a conocer la verdad de las cifras que nos
dicen que el descenso de la mortalidad materna no está en relación con unas
leyes más permisivas de aborto sino con una medicina avanzada en el cuidado de
las embarazadas.
Por último, ¿qué retos existen hoy para transmitir un mensaje
provida?
El reto es que la verdad sobre todos los temas relacionados con la vida
humana en sus distintas etapas y dificultades llegue a la sociedad. Si es así
las consecuencias positivas serían imparables.
Fuente: http://www.latribunadetoledo.es/noticia/...
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