martes, 9 de abril de 2013

Me siento orgulloso de pertenecer a una Iglesia que nunca ha abdicado ni ha rebajado listón alguno respecto a la defensa de la vida incondicionalmente desde la concepción hasta la muerte natural


            Muchas veces me he lamentado de que entre los que profesamos una misma fe católica haya hueco para mirar hacia otro lado, cuando de defender el derecho a la vida de nuestros semejantes se trata.
            Y es que creo que no vale con el “no matarás” porque el “yo no lo haría, pero...” es cómplice de quien si lo haría y de hecho lo hace.
            Quiero hoy que celebramos la liturgia de la anunciación y encarnación del Señor, contaros que desde la red local de DAV Jaén hemos iniciado una campaña en distintas parroquias de nuestra ciudad. Solicitamos la complicidad de los párrocos y algunos de entre sus feligreses que él designe, para que a través de una Eucaristía por la vida nos ayuden a despertar conciencias, a mantener en el tiempo el mensaje de que la vida humana está siendo seria y sistemáticamente atacada en nuestros días. La idea que les proponemos es hacerlo con una periodicidad mensual.
            Después de contaros sucintamente la idea de la campaña, os diré que me siento orgulloso de pertenecer a una Iglesia que nunca ha abdicado ni ha rebajado listón alguno respecto a la defensa de la vida incondicionalmente desde la concepción hasta la muerte natural. Y por eso, ahora que la faena es tanta y que no sobran manos acudimos buscando esa colaboración en una “tarea” que no es solo de los que nos hemos organizado para gritar a favor de la vida, sino que, en consonancia con nuestra pertenencia a esa Iglesia de la que manifiesto sentirme orgulloso, nos compete especialmente (aunque no exclusivamente) a los que nos sentimos Iglesia.
            Ayer domingo celebramos la primera de esas Eucaristías en la Parroquia de Santa Isabel, y vaya nuestro agradecimiento al párroco D. Francisco Carrasco su disponibilidad y buen hacer iniciando la travesía de un proyecto en el que hemos puesto muchas ilusiones.
            En la celebración, que tuvo una especial emotividad por el hecho de haber coincidido con el bautizo de una preciosa niña, muchos pusimos nuestras ilusiones en la cesta de las ofrendas y en la literalidad de la oración de los fieles acudiendo también al Señor de la vida.
            Os dejo ahora un mini reportaje gráfico para el recuerdo.


Oración final y de compromiso.
            Dios Padre, te agradezco por el obsequio de mi vida, por las vidas de todos mis hermanos y hermanas.
            Sé que no hay nada que destruya la vida más que el aborto, y me regocijo al saber que Tú has conquistado la muerte con la Resurrección de Tu Hijo.
            Estoy listo para poner de mi parte en la lucha para abolir el aborto.
            Este día me comprometo a nunca más quedarme en silencio, nunca más quedarme pasivo, y nunca más olvidarme de los no nacidos.
            Me comprometo a ser activo en los movimientos pro vida, y nunca dejar de luchar por la vida hasta que todos mis hermanos y hermanas sean protegidos, y que nuestra nación sea de nuevo una nación con libertad y justicia no solo para algunos, sino para todos.
            Por Cristo Nuestro Señor.
            ¡Amén!


 

 

 

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, Álvaro, por tus palabras y, sobre todo, por esa preciosa oración, que hago mía. Creo que esta labor que hemos iniciado de concienciación dentro de la Iglesia es muy acertada, pues hay muchas personas "de iglesia" que no rechazan abiertamente el aborto o, incluso, están a favor en determinados supuestos. Esto que parece contradictorio, por desgracia, es una auténtica realidad, aunque estoy convencido de que opinan así por falta de información sobre lo que realmente significa el aborto. DAV es una iniciativa no confesional, ya que la defensa de la vida no es patrimono de un credo u otro, pero creo que quienes nos decimos cristianos debemos tener un plus de compromiso con la vida, sobre todo con la de los más indefensos y, hoy por hoy, no hay ser más indefenso que un ser humano no nacido. Los cristianos no podemos mirar para otro lado ante este holocausto silencioso ni, por supuesto, defender posturas proabortistas, en ningún tipo de supuesto, porque, como dice uno de nuestros lemas, nada justifica la muerte de un inocente. Ojalá todos los católicos estemos de acuerdo con esto. El día que lo consigamos habremos dado un paso muy importante en la defensa de la vida.
José Ramón Sánchez Jaraba
Voluntario de DAV Jaén

Pablo G. dijo...

Querido Álvaro: Muchas gracias a ti y a todos los que hacéis, de verdad, Derecho a Vivir en Jaén.
Pablo G.